Y es que José Magdaleno y Eric Cisneros ya traen un pleito casado desde hace tiempo. Magdaleno no le perdona a Cisneros que les haya impuesto como coordinador de la bancada de Morena a Juan Javier Gómez Cazarín y menos que después de haberlo criticado por ello, le hayan publicado en Facebook una fotografía en la que el legislador aparecía presuntamente desnudo.
Desde entonces así se llevan, de venganza en venganza.
Y para no variar ahora que vio una nueva oportunidad, le siguió la jugada a Noroña al decir que recientemente presentó una denuncia ante la Fiscalía Especializada en Combate a la Corrupción en la que señaló la intromisión de la Secretaría de Gobierno en el proceso interno de Morena.
Y finalmente para no variar, el aspirante a la presidencia de Morena a nivel nacional Alejandro Rojas Díaz Durán, quién el ha dado públicamente cuanto palo se le ha ocurrido al proceso, a los demás aspirantes pero sobre todo a la actual dirigente Yeidckol Polevnsky Gurwitz, de la que está seguro no debe participar en la contienda. Asegura que ha ingresado 4 impugnaciones en tiempo y forma, con relación a la amañada y violatoria convocatoria y asegura que el padrón es “patito” y la fuente de toda la violencia, inconformidad y desencanto, de la inmensa mayoría de los militantes.
Se saben el cuento del hombre que en una cantina y frente a todos los parroquianos le reclamaba airadamente a quién le había vendido por un alto precio un caballo, porque éste no hablaba, no cantaba ópera, no le hacía de comer, ni lavaba la ropa como le había asegurado. El vendedor del caballo, con toda calma se le acercó al oído al que reclamaba y le dijo quedito: Amigo cállate, porque sino nadie te querrá comprar el caballo’.
Así, no cabe duda de que sus mismos integrantes se están encargando de lastimar y socavar a su partido.
Y no es remoto que el Presidente Andrés Manuel López Obrador los mande al carajo y se salga del Partido como ya se los adelantó.
Morena parece ser tierra de caníbales. No necesita enemigos. |