¡Vamos! Hasta los apellidos del bebé Salomón fueron tomados en broma para parodiar ese programa de los 70, los Locos Addams, por el de los López Adams…
A Salomón de cierto modo, no le fue tan mal… no así a María Magdalena…
María Magdalena, niña de once años, vio segada su vida por elementos de Seguridad Pública de Veracruz en un “operativo” el pasado jueves por la noche en Atzalan… es decir, hace ya casi una semana.
Y ya a la “casi una semana”, el Gobierno del Estado o su coordinador de Comunicación Social ni reaccionan. Uno pudiera entender este mutis por falta de experiencia, la que a su vez, se percibe hasta por insensibilidad de cualquier tipo, sea social, humana, política… a trancazos, el de Prensa de Seguridad Pública difundió un comunicado donde el titular Hugo Gutiérrez Maldonado asegura que “no va a solapar alguna mala actuación en los protocolos de los elementos”. Y hablamos del entorno político… ¿pero en el familiar de María Magdalena?
El trabajo periodístico de Ignacio Carvajal nos da una idea de lo que ocurre después del jueves por la noche del “operativo” de la semana pasada allá en Atzalan: hay miedo pero también rabia e impotencia… miedo, en los niños, en las mujeres, en las madres; rabia e impotencia en los pobladores que vivieron una mal entendida forma de implementar la Seguridad Pública donde se supone que la base primordial del trabajo de estos policías es el resguardo del orden y la paz social…
Dicen las notas y trabajos periodísticos que María Magdalena recibió un tiro de gracia. ¿Cómo entender la actuación de la policía para con una niña de once años y un abuelo que al ver la intromisión en su hogar, buscó la defensa de éste y de su familia del comportamiento invasivo de quienes se suponen, están para cuidarlos?
El operativo de Seguridad Pública tuvo como resultado mortal, dos muertos… un abuelo y su nieta…
Otro abuelo y otro nieto son parte de esta historia que se repite desde hace varios días en los medios, opiniones y redes, que buscan responsables en la tragedia de Torreón…
José Ángel, el niño de once años que irrumpió con armas en su escuela, disparó contra su maestra y luego se suicidó, “opacó” (por así decirlo) otro caso igual de lamentable, pero distintos matices: la detención de Alexis N, niño de 14 años de edad, a quien le atribuyen el liderazgo de la banda de Tláhuac, en la Ciudad de México.
Al momento de su detención, Alexis, acompañado de cuatro jóvenes entre 15 y 17 años, llevaban secuestrada a una joven.
Volviendo con José Ángel, se dio a conocer que su abuelo fue detenido por omisión de cuidados, pues las armas que utilizó su nieto, eran de su propiedad. A la tragedia, más tragedia…
Quizás por eso sea más fácil pitorrearse de la “incongruencia” de López Obrador y el nacimiento de su nieto en un hospital de Houston, cuando el sistema de Salud en México vive su momento más crítico, pues es más complicado entender cómo un policía es capaz de quitarle la vida a una niña de once años o más difícil entender qué obliga a un pequeño de la misma edad disparar contra maestros y compañeros de escuela y luego quitarse la vida… lo bueno de todo esto, para Salomón, ¡para Salomón! es que no tiene idea en estos momentos de los sentimientos de algunos mexicanos con respecto a su abuelo, ni de lo que ocurre en el país… ¡bendita inocencia!
smcainito@gmail.com
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