En mayo la directora de Obras Públicas, Citlalli Hernández Garrido, dijo que en el periodo vacacional de verano iniciaría la pavimentación de la calle Revolución y los trabajos podrían tardar hasta cuatro meses.
¿Cuatro meses? Uta… pero bueno, ora pues.
El viernes 16 de agosto por fin arrancaron los trabajos y uno imaginó que pavimentarían toda la rúa que comienza en Enríquez y sube sube y sube hasta llegar a 20 de noviembre. Pero no, el pavimento sólo abarca cuatro cuadras y eso es todo.
La bronca es que ya pasó la mitad de agosto, todo septiembre, octubre, noviembre, diciembre; ya casi se va enero y la calle no queda. Si bien ya se chutaron dos cuadras; frente al mercado Jáuregui y a la altura del Árbol falta mucho por hacer.
Cinco meses (uno más de lo planeado) no han sido suficientes para pavimentar cuatro pinches cuadras. Y puedes jurar lector a que se van a aventar otro mes antes de que los automovilistas puedan circular por una vía de comunicación parchada.
¿Por qué se están tardando tanto? Sepa Dios. Preguntas a los responsables y te dicen: Es que las lluvias, es que el terreno, es que encontramos una pirámide que no estaba contemplada, es que… es que… es que… puros pretextos.
Todas las calles de Xalapa necesitan al menos una buena bacheada; el problema es el tiempo. Una operación aritmética me hizo saber que si el alcalde Hipólito Rodríguez Herrero ordenara pavimentar la mitad de las calles y bachear la otra mitad, al ritmo que se están haciendo los trabajos en la calle Revolución, le llevaría aproximadamente 270 años terminar la chamba.
Y es que del alcalde para abajo, así de grande es la pachorra de la comuna xalapeña.
En contrapunto, este domingo el gobernador Cuitláhuac García entregó pavimentada la calle Rafael Aguirre Cinta. ¿En qué municipio? En Xalapa, naturalmente. Ah caray ¿y eso? Pues ya ven…
Lo que llamó la atención es que llegó acompañado de la diputada Rosalinda Galindo (en un claro mensaje de que es su candidata a la alcaldía de Xalapa), pero sin el alcalde Hipólito Rodríguez.
¿Olvidaría invitarlo? Quién sabe. Lo que se comenta es que el distanciamiento entre ambos es cada día más notorio. Cuitláhuac –nos dicen- no soporta al xochimilca por dejado y pachorrudo.
Y debe ser cierto; la calle Revolución es sólo un ejemplo de esa pachorruda dejadez.
bernardogup@hotmail.com
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