Verónica Hernández no se va, por los fueros de quién manda en Veracruz.
No se va, como no se fue el primazo Eleazar Guerrero, como tampoco renunció el hijo de Eleazar. No se va como todos los parientes de la diputada Rosalinda Galindo, o como la pareja del titular de la SIOP Elio Hernández que es directora jurídica en la Secretaría de Seguridad Pública, o como todos los “sobrinos” y familiares del Secretario de Salud Roberto Ramos Alor, o como el retoño del diputado Pozos.
En fin, tantos parientes incómodos en las estructuras de la 4T en la entidad, que ya rayan en el descaro, demostrando que lo que diga la ciudadanía les vienen valiendo un cacahuate.
Pero bueno, al menos Cuitláhuac nos dio la razón, Verónica Hernández tuvo más pantalones para reconocer a su parentela, y no culpó de todo a la abuela.
Y efectivamente a la familia no se le escoge, pero el nepotismo si, y ese abunda en Veracruz.
@IvanKalderon
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