Parece quinto, pero no lo es… y sí, nos referimos a Cuitláhuac, o en términos más amplios, a su administración. La percepción que se tiene a ojo de buen cubero, es que García Jiménez pareciera estar en su quinto año de Gobierno y apenas va para quince meses.
La situación crítica que se vive en la entidad por el tema de la inseguridad, repercute total en la figura de Cuitláhuac en un sentido desproporcionado, quizás por la chabacanería con la que responde a su crisis: entre chistes, burlas, altanería; lo que lejos de generar certidumbre en el ciudadano, genera enojo, desconfianza y miedo.
Quizás por ello, desde hace varios meses y con el inicio del 2020, empezó a sonar el río de que este próximo diciembre, justo cuando se cumple la meta que él se propuso para acabar con la inseguridad, su talento será convocado en el Altiplano para que refuerce algún área del Gobierno federal, como puede ser la secretaría de Energía, con eso de que es Maestro quizás le explique a Nahle que no se escribe “Fransisco” o que José María Pino Suárez no fue “General”...
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Muchos suponen de inmediato que la mejor solución para la crisis que vive Veracruz, es ésta: la salida de García. Es más: otros suponen que con el arribo de otro político, en este caso Ricardo Ahued, las cosas se compondrían… creo que cualquier veracruzano bien nacido desearía ello, que las cosas se compongan, con o sin Cuic; con o sin Ahued.
La realidad es que quien llegara, fuera Ricardo Ahued o Luis Hernández Palacios Mirón, ¡vamos! hasta Gabriel Yorio González, se estaría sacando la Rifa del Tigre, que no del Avión Presidencial.
¿Por qué incluir a Luis Hernández Palacios? Bueno, baste comentar que el nativo de Xalapa, actual Procurador Agrario de la 4T, guarda no sólo relación amistosa sino también política con el Presidente… vamos, sin perder respeto a la investidura ni a la bestia dura, se habla de tú con el Peje. Hablamos de un político 100%. El Procurador Agrario, egresado de la Facultad de Derecho, fue el primer titular de la Comisión Estatal de Derechos Humanos en Veracruz y estuvo a casi nada de ser igual, el primer rector de la Autónoma UV al ser candidato a la Rectoría en 1996 junto con Víctor Arredondo...
En el caso de Gabriel Yorio, un economista que tiene en claro lo que es la administración y si bien, es ajeno a la actividad política, es posible que tenga más colmillo que el que ocupa el palacio de Enríquez, aunque en lo personal, no deja de ser una carta interesante para más allá de finales del 20… ¿por qué no pensarlo para el 21, en una curul federal para irlo encanchando en la entidad?
Al final, sea quien sea el bueno para la prospectiva del Diciembre del 2020, se les recuerda algo: El ganador se saca la Rifa del Tigre, y lo malo de todo esto, es que para llevarse el premio, tienen que recordar que el Tigre está suelto y entonces, lo primero que se tiene que hacer, es amarrarlo, porque no basta que Ahued sea honesto, que Luis Hernández Palacios sea político, que Gabriel Yorio sepa administrar…
Al final, creo que a todos nos queda claro algo: ¿Quién querría entrar a un estado donde hay un animal en Veracruz, que ya demostró que no tiene sensibilidad ni carácter para enfrentar el Tigre? ¿Ahued, Luis, Gabriel o quién estaría dispuesto a correr el riesgo de ser devorado por el Tigre como hoy se devora a Cuitláhuac?
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