Ya le bajaron a la mentira y a la calumnia los conservadores con eso del avión. Ya se dieron cuenta que nada de lo que digan desaparecerá el juicio del pueblo que le consta el absurdo, la corrupción y la arrogancia faraónica de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto. Por ahora, el palacio flotante además de estar en el inventario de bienes robados al pueblo de México, su imagen quedó estampada en los billetes de la esperanza y, por ingenio del Presidente, se convirtió en instrumento de nueva cultura política. Por eso maestro de la provocación inteligente recién le llamo “antivirus para combatir la epidemia de la corrupción” y anunció que él será el guía de las primeras visitas guiadas para que más personas lo conozcan por dentro y cada detalle nos haga pensar qué nos pasó que permitimos esos gobernantes. El avión presidencial, símbolo de la arrogancia o palacio en los cielos, es único en el mundo como única la revolución pacífica que lo rescató como bien de la nación y de lo voluntad política que lo convierte ahora en instrumento de pedagogía política. Si el saneamiento no se detiene, habrá muchos instrumentos más al servicio de la formación política que buena falta nos a hace a todos para llevar a cabo y sin desviaciones, la Cuarta Transformación. No hay excusas, en la era digital, desde cualquier trinchera, todos podemos ser a la ves aprendices, compañeros o maestros del cambio verdadero, solo hay que sentir la necesidad de paz consigo mismo y con nuestros semejantes. Solo hace falta desafiar miedos y atreverse a salir de la zona de confort individualista y egoísta sin esperar paga ni reconocimiento. Prefiero ser criticado por mis errores que por indiferente. Estos están muertos aunque respiren. Viene a mi memoria “Solo le pido a Dios” de Mercedes Sosa. Escúchenla, yo la escucho desde hace muchos años. |