Una hazaña de esta naturaleza no es ni puede ser obra de un solo hombre. Pensar que siempre ha estado claro y lo ha dicho y reiterado muchas veces el propio en presidente. Respecto a este tema, cabe recordar el que fue mensaje de su campaña y en el presente y en el futuro inmediato y mediato cobra vigencia como la única y eficaz estrategia política de gobierno imprescindible en un gobierno democrático, me refiero a #juntosharemoshistoria. De tesis convocante de campaña, pasó a ser estrategia política necesariamente transversal a todas las políticas públicas abiertas a la más amplia participación ciudadana en todas las tareas de la IVT. Congruente con esta estrategia ha sido la tenaz labor comunicativa y de movilidad territorial del presidente. A su vez, la política de comunicación social paso de ser de dispendio, corrupción y cuidado de imagen del viejo régimen a comunicación republicana para la participación. Se rompió con protocolos autoritarios, se transparenta uso de recursos y se crean consensos. Con la nueva comunicación, en buena medida, no cabe duda que el presidente asume parte del papel que le corresponde a Morena y a la coalición de fuerzas que lo llevaron al triunfo electoral en 2018. Lamentablemente el sistema de partidos políticos de México no está a la altura del despertar de la conciencia del pueblo y menos a la altura de las grandes transformaciones que de cara al Siglo XXI le aguardan a México. En resumen, la transformación de los partidos políticos es una asignatura pendiente para la que no disponen de tiempo las cupulas ya que les dan prioridad a los preparativos electorales. En general, no hay avances democráticos al interior de los partidos, tampoco destaca su presencia en el debate plural de los grandes problemas nacionales y menos se ocupan de su contribución al desarrollo de una cultura cívica democrática como se los impone la ley. Eso si, como el INE ya cultivan su imagen en televisión y se niegan a compartir recursos para la salud pública. Lamentablemente en el horizonte publico tampoco se aprecia, como en otros tiempos, una presencia creativa y critica del sector académico del país ya que los que cobran por investigar, pensar ya analizar los grandes problemas nacionales, salvo honrosas excepciones, parecen mediatizados como si los hubiera traumado estafa maestra.
No obstante, antes, durante y después de lo que resulte de la pandemia, con los ajustes tácticos a que se vea obligado, el ejercicio del poder del presidente apunta en la misma dirección en la que siempre se lo ha planteado: sentar las bases institucionales y de organización económica, política y social que hagan posible la construcción de un modelo económico, multicultural y alternativo de nación, sustentado en valores éticos, solidarios, más humano y más libre en el cual coexistan diversos modos de pensar, de ser y de producción. El saldo económico de la pandemia y su impacto en las relaciones sociales, lejos de modificar esa ruta no hará sino reafirmar y profundizar su pertinencia y de la estrategia de cambio, hoy por hoy enriquecida gracias a las extraordinarias experiencias vividas por cada persona, cada familia, cada comunidad.
Para desmentido de la crítica que seguramente adjetivará de “mesiánica” esta visión del capitán del barco, agrego un ingrediente considerado clásico e imprescindible por la ciencia política e, invariablemente registrado por la misma historia del estado moderno: el éxito en la construcción del proyecto de cambio por el que votamos 30 millones de electores depende, entre otros factores de a). El peso específico que en todo el país alcance el consenso y la correlación política de fuerzas que lo respaldan y lo refrenden en las elecciones de 2021 y b)De lo favorable o desfavorable para México de las circunstancias geopolíticas en el escenario internacional; un poderoso factor que siempre estuvo presente en el momento de la primera, la segunda y la tercera transformación e igualmente lo está hoy por lo que el análisis y la perspectiva de la IV Transformación ha de desbrozarse considerando el curso que tome el reordenamiento geoeconómico mundial y, desde luego, el escenario político latinoamericano dado que la estrategia de la derecha y fuerzas afines, aunque opera por país o región, su trazado es de carácter continental.
Hechas estas aclaraciones, a AMLO la derecha colonizada lo califica de “populista”, “procomunista”, y hasta neoliberal. Siempre ha sido mas fácil encasillar y adjetivar al adversario que sostener una dialogo respetuoso que permita conocerlo. La derecha y la ultraderecha nacional e internacional es incapaz de reconocer que la crisis es civilizatoria y de la humanidad que hoy se encuentra en plena búsqueda de nuevos paradigmas de convivencia y de relación con el planeta. Bruno Latour “La modernidad está acabada”, LA ESFERA DE PAPEL. ELENA Pita, Barcelona , 19/2/2019. Tendencias, Judith Butler, en SOPA DE WUHAN, 3/4/2020. Holanda, Manifiesto de 170 Académicos, Chile Okulto, Prensa Independiente.
El presidente de México sabe muy bien en qué momento de la historia le tocó gobernar, en dónde esta la nación como parte de la civilización, y qué tramo del camino le queda por recorrer al frente de las instituciones del Estado mexicano apoyado por un equipo del mas alto nivel. Se planteó AMLO como meta sentar las bases de la IV y de su irreversibilidad, y en eso están todos los días, desde las 6 de la mañana.
Reaccionaria, ignorante, soberbia y ciega es la derecha mexicana y la ultraderecha cuando vomita toda clase de adjetivos en contra del presidente Andrés Manuel López Obrador al mismo tiempo que auspicia labor de zapa o de comején del barco. Tiene aun el dinero publico mal habido con el cual financiar sus actividades revanchistas ilegitimas porque lo legal seria que respetaran el orden constitucional y se prepararan para la próxima contienda electoral.
Tiene razón Epigmenio Ibarra al decir que nunca un presidente de la República? fue objeto de tanta guerra sucia. La derecha tiene rabia y es toxica ponerle tanta atención. Ni siquiera a presidentes asesinos, ladrones y vende patrias atacó tanto. A presidentes y ex presidentes multi asesinos, ladrones y vende patrias, la derecha les otorgó silencio cómplice, contubernio y trato de “benefactores”.
Ya sé que me calificarán de “enamorado” como un adolescente que ve lo que quiere ver. Allá ellos. Llevo en mi vida con más de 70 años, el recuerdo del perfil de muchos ex presidentes, estudié Ciencias Políticas en la UNAM y me recibí con mención honorífica por fundamentar cuestionamientos del entonces presidente José López Portillo. Toda mi vida he dedicado tiempo al análisis crítico y en particular al estudio del discurso político de presidentes de la República. Mis opiniones y comentarios, correctos o incorrectos, acertados o equivocados están publicados en miles de artículos y notas. Con esto solo trato de deslindarme de los oportunistas y advenedizos, comentócratas, que se mal acostumbraron a moldear sus lisonjas cada seis años y esta vez, ya no poder hacerlo, sufren el dolor de un gobierno austero que casi desapareció el multimillonario gasto en publicidad.
No tiene caso, ni vale la pena, detenerse en tanto adjetivo en contra del presidente. Pero hay unos que de plano dan risa porque abusan de ignorancia, no ofrecen pruebas y ofenden a los que han despertado. Me refiero a los que auguran que “el viejo ya se acabó, que está chocheando, que no sabe lo que dice, que está dañado de sus facultades mentales”, y paradójicamente, esto dicen al mismo tiempo que el reciente diálogo del presidente Andrés con los presidentes de EU, China y Rusia y demás del G20, sirvió de base al brillante mexicano, Dr. Ramón de la Fuente - actual representante de México en la ONU- que lo convirtió el pensamiento presidencial, en la voz de más de 197 países que suscribieron las tesis solidarias y antineoliberales, que pugnan por evitar que el combate contra la pandemia sucumba ante el egoísmo, la especulación y la voracidad internacional de gobiernos o de mega corporaciones de la industria farmacéutica.
Me da risa tanta estupidez dicha en redes y prensa vendida (así la bautizamos la generación del 68) cuando ve cansancio en la mente más lúcida que jamás tuvimos en un presidente, quién procura recursos para la salud de los mexicanos, recortando el gasto corriente en altos salarios, reorganizando estructuras y que convoca a los servidores públicos a guiarse con honestidad y mística de servicio.
¿Ya se nos olvidó que, con excepción de algunos cambios de forma, los cientos de miles de trabajadores al servicio del estado, somos los mismos que dejó el viejo régimen? Una burocracia y clase política que por décadas se formó en la cultura del influyentísimo, paternalista, jerárquica, de nepotismo, patrimonialista, de todos colores y sabores, desde luego con sus excepciones, que han sobrevivido con valores éticos y de servicio. No se salvan del diagnóstico ni las burocracias federales, ni las estatales, ni las municipales y menos las del sindicalismo oficialista.
¿Sabe usted qué significa para los sobrevivientes de esa cultura burocrática el pensamiento del presidente Andrés? Significa una advertencia y una oportunidad histórica de cambio. Significa no más gobierno caro para pueblo pobre; no más argucias neoliberales que dicen “degradar” el talento profesional porque se recortan los súper sueldos de 200, 500 y hasta 700 mil pesos mensuales.
Ni modo, le llegó la hora al neoliberalismo de afuera y adentro de las dependencias, empezando por la SHCP. La IVT los tiene en la mira. Y ésta se guía por el pensamiento lúcido y joven de quien conoce las entrañas del elefante (por no decir el monstruo) y conoce las del pueblo. Un pueblo cada día más despierto y agudo en su conciencia política y que es garantía de la transformación irreversible que apenas empieza.
Tenemos guía para rato. Lo dicen las decisiones y los resultados, jamás en la historia del estado mexicano se destinaron tantos recursos públicos para los más pobres. Jamás en la historia se combatió así la corrupción. Jamás se cuestionó el crecimiento sin desarrollo. Y jamás se condujo la reinserción de México en el mundo, con dignidad y en el filo de la navaja. Que ladren los perros, Sancho, eso significa que vamos cabalgando. |