Se imagina usted que el presidente López Obrador acudiera a visitar el estado de Jalisco, pero por discordias con el gobernador Enrique Alfaro, en las reuniones donde se tratan asuntos sobre ese estado, decida no invitarlo. No sólo sería una falta de cortesía política, sino además una soberana estupidez. Bueno, pues el discípulo bendito de López Obrador, el estulto Cuitláhuac García, llevó a cabo una reunión de seguridad en el municipio de Altotonga, Veracruz. En esta reunión se tratarían asunto que tienen que ver con Altotonga y la región, sobre todo por los hechos delictivos que se han presentado en este municipio. En Altotonga un grupo armado asesinó a tres personas, entre estas una niña de 8 años. A la reunión asistieron además del gobernador, el secretario de Seguridad, Hugo Gutiérrez Maldonado, la fiscal espuria, Verónica Hernández, además de representantes del Ejército y Marina, así como la Guardia Nacional. Pero el alcalde de Altotonga, del partido Movimiento Ciudadano, no estuvo invitado; tampoco invitaron a ningún otro alcalde de la región. Los datos que tenemos es que se desplegó un enorme operativo de seguridad, en el que participaron elementos de la policía estatal y de la Guardia Nacional, pero no se tomó en cuenta a la policía municipal. Esta es la forma de hacer política de un gobierno lleno de estulticia. Así, con discordias piensan generar seguridad.
La palabra corrupción ya no suena igual en la boca del presidente; dice corrupción y también nos acordamos de su hermano
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, dijo que su conferencia mañanera que México tiene una gran oportunidad para desterrar la corrupción de la vida pública. Esto lo dijo refiriéndose al caso Lozoya y García Luna: “México tiene un momento estelar en la historia de México y debemos de ver lo positivo, tenemos la gran oportunidad los mexicanos de desterrar la corrupción, si no de manera definitiva para ser objetivos, si de alejarla por mucho tiempo de la vida pública, de acabar con la peste de la corrupción”. Sin embargo, muchos mexicanos ya no escuchan del mismo modo la palabra corrupción cuando el presidente López Obrador la pronuncia. Antes corrupción era algo ajeno a López Obrador; la corrupción ocurría en los otros partidos, pero no en el de López Obrador. Sin embargo, ya en el poder, el partido del presidente ha demostrado que puede ser tan corrupto como lo fue el PRI o el PAN. Además, ahora cuando López Obrador dice corrupción, nos acordamos del video de Lozoya en donde se entrega dinero para comprar votos en el Senado; pero también nos acordamos del video donde sale su hermano Pío recibiendo “aportaciones” para su partido.
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A pesar de que televisoras no pasaron video de Pío recibiendo dinero, un 54% de los mexicanos se enteró; perjudicados AMLO y Morena
Interesante la encuesta de Consulta Mitofsky sobre el impacto de los videos que se presentaron la semana pasada. El primer video fue el de los supuestos empleados de Emilio Lozoya, funcionarios de Pemex, entregando millones de pesos a los funcionarios del Senado; dinero supuestamente para la compra de votos que aprobarían la Reforma Energética de Peña Nieto. El segundo video fue sobre la entrega de dinero por parte de David León, operador político de Manuel Velasco, para la campaña presidencial de 2018. De acuerdo con la encuesta de Mitofsky el “68% se enteró del video de un presunto funcionario de Pemex entregando bolsas con dinero a otra persona en el Senado de la República”. Por otro lado, un “54% de los mexicanos vio el video donde aparece Pío López Obrador recibiendo sobres con dinero”. Sin embargo, lo más significativo es que “para 44% de los mexicanos el video donde se entrega dinero de Pemex a funcionarios del Senado es más grave como acto de corrupción, mientras que para 35% es en el que aparece el hermano del presidente López Obrador, aunque 21% prefirió no responder”. Como quiera que sea, debemos señalar que a pesar de que las televisoras, que tienen cobertura nacional, no presentaron el video del hermano de López Obrador recibiendo dinero, por otros medios, un 54 por ciento de los mexicanos sí se enteró de ese acto. Por supuesto, el video de Pío López Obrador perjudicó no sólo la percepción positiva del presidente, sino también de Morena como partido.
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