La política en tacones.
Pilar Ramírez.
 

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Trump me da risa
2017-02-01

¿Quién no se ha reído al escuchar un chiste político? Prácticamente todos. ¿Cómo se logra ese propósito divertido? Con la manipulación semántica, con el manejo del sentido de las palabras o las imágenes, pero siempre a partir de significados construidos socialmente, pues un mismo chiste puede resultar gracioso y ocurrente para un cierto grupo social, mientras que para otro puede no significar absolutamente nada. A partir de códigos compartidos se inventan narraciones o comunicaciones con un sentido lúdico.


            Los grupos sociales manejan esta forma peculiar de la intencionalidad de la comunicación para hacer frente a un poder o a una forma de dominación sea porque lo consideran ilegal, ilegítimo, abusivo o simplemente incorrecto. James C. Scott, en su libro Los dominados y el arte de la resistencia identifica esta intencionalidad en distintas manifestaciones: los rumores, el chisme, los cuentos populares, las canciones, los gestos, los chistes y el teatro, que son utilizados como los medios para que los grupos subordinados (desvalidos dice el autor) manifiesten su oposición al poder sin necesidad de mostrar una rebeldía abierta o incluso riesgosa.


            Ejemplos hay en abundancia, tanto en la historia como en la vida diaria que registran los medios. La sensualidad dancística que se atribuye a los esclavos africanos como mecanismo alterno a la represión sexual de que eran objeto, el teatro campesino del líder chicano César Chávez en Estados Unidos, los corridos mexicanos que confrontaban el abuso del poder económico, político y laboral de las compañías petroleras extranjeras, la caricatura política antiporfirista que se desarrolló con la intención de llegar a un pueblo mayoritariamente analfabeto o la nueva canción que surgió en América Latina y España en las décadas de los 60 y 70 que no sólo tenía un fuerte contenido de crítica política sino que defendía el compromiso social del arte.


            Hoy, esa resistencia en forma de memes y caricaturas se crea y se difunde casi de inmediato gracias a las redes sociales. Los traspiés o corrupción de políticos mexicanos han dado tema a una imaginación abundante, como los tres libros importantes en su vida que no pudo recordar Enrique Peña Nieto, la mala pronunciación del verbo lee (ler) del secretario de Educación, Aurelio Nuño, la confesión de ignorancia del medio diplomático del canciller mexicano, Luis Videgaray, cuando declaró que llegaba al cargo a aprender o las fechorías del exgobernador de Veracruz, Javier Duarte.


Cuando surge una situación real potencialmente peligrosa como el tipo de poder xenófobo, misógino, clasista, personal y caprichoso del nuevo presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, esta manifestación no podía hacerse esperar.


En las últimas dos semanas he recopilado 142 imágenes, entre memes y caricaturas, que expresan el rechazo a las políticas de Trump. Algunas son sumamente ingeniosas y entre más hilarantes, más compartidas.


Estos chistes sobre Trump abordan distintos temas. Unos sólo expresan su rechazo al mandatario estadounidense ridiculizando su aspecto. Exageran el copete, usan su cabello o acentúan sus expresiones faciales para hacer semejanzas con animales, para decir que es hijo de Paquita la del Barrio, el papá de Chuky o compararlo con un Troll. Existe una foto que muestra el perfil de Trump con una papada muy pronunciada, fue suficiente que trascendiera el disgusto de Trump por esta foto para que los internautas se cebaran en ella, la deforman, la hacen ver como la cara de Putin o simplemente la caricaturizan.


El muro fronterizo ha sido otro de los temas favoritos. Trump como albañil construyendo el muro, el recibo de un supermercado que cobra el concepto construcción del muro, el supuesto muro utilizado como red en un juego de voleibol, Trump construyendo un muro de Lego, Trump como jefe de cuadrilla de albañiles con frases propias del gremio como “ya váyanse a dormir, mañana echamos el colado”, una nota de compra –muy mexicana– de material de construcción a nombre de Donald para entregarse en la línea fronteriza, una dependiente que pregunta si se desea redondear (el cambio) para el muro.


Quizá los más divertidos, pero también los más ácidos han sido los que hablan de la relación entre Trump y el gobierno mexicano. Se habla de la reunión entre los dos presidentes pero aparecen el pato Donald y Quique el de Plaza Sésamo; las imágenes que refieren la subordinación del gobierno mexicano son diversas: la silla presidencial mexicana como una caja para lustrar zapatos, Videgaray y Peña Nieto hablando, pero en lugar de globos de parlamentos, ladrillos del muro; el presidente le consulta a su canciller si debe ir a Estados Unidos y este le contesta que lo aguante porque apenas está aprendiendo.


Hay otro grupo de memes que reivindican el orgullo nacional, la identidad y el rechazo a ser vilipendiados por Trump. Aguacates (supuestamente detenidos en la frontera) en lugar de McDonald’s o llamados a consumir lo hecho en México. Incluso se coloca al “Chapo” como un posible héroe vengador: la rana René diciéndole que “no es por amarrar navajas, pero Trump ha estado hablando mal de México y de él”.


Otros más ubican a Trump como un peligro para el mundo y para Estados Unidos mismo. La estatua de la libertad con capirotes del Ku Klux Klan en lugar de los rayos de la corona, Trump siendo cargado como un bebé por Putin, Trump volando sobre el ave de Twitter; dos hombres conversando: “Con la muerte de Fidel se terminó el siglo XX” el otro le responde “Con la llegada de Trump va a volver a empezar” y varias que lo comparan con Adolfo Hitler. Se señalan las debilidades de nuestro vecino del norte: “Si México deja de enviar marihuana y cocaína dos meses, ellos solitos tumbarán el muro”. Los hay también que aluden a su misoginia o a su homofobia: una foto de Trump empuñando una pistola con un letrero que dice “Súbete maricón (Get in pussy). Estamos haciendo grande a América de nuevo”.


            Las manifestaciones en contra del gobierno que encabeza Trump son variadas, pero estas de las imágenes calan y se distribuyen por su ingrediente divertido. Los grupos sociales que se sienten amenazados, entre ellos, los mexicanos están blandiendo esta arma en contra del poder abusivo que está mostrando el presidente de los Estados Unidos que continuamente nos ofende. El que se lleva, se aguanta.


ramirezmorales.pilar@gmail.com

 
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