La política en tacones.
Pilar Ramírez.
 

Otras entradas
2017-03-29 / Mujeres y política en Veracruz
2017-03-22 / Las guapas respondonas
2017-03-15 / Burocracia de género
2017-03-08 / ¿Celebrar?
2017-03-01 / Las otras batallas
2017-02-22 / Derecha alternativa
2017-02-15 / Del “no pago para que me peguen” al “si me pegan, les reviro”
2017-02-08 / Transiciones
2017-02-01 / Trump me da risa
2017-01-25 / Padres alcahuetes
 
.
Cómo ganar una campaña
2017-04-05

Cuatro entidades tendrán elecciones este año. En Coahuila, Estado de México y Nayarit se renueva el cargo de gobernador, mientras que en Veracruz se elegirán 212 presidentes municipales. En Coahuila y Nayarit además habrá también elección de alcaldes y legisladores locales. Todo mundo está atento a estas elecciones que consideran el oráculo que puede predecir lo que ocurrirá en la presidencial del año siguiente. Dos estados que concentran un alto porcentaje del padrón electoral son los más relevantes: el Estado de México, por ser la cuna del actual presidente y Veracruz, porque esta entidad acaba de ingresar a la alternancia y el actual gobierno panista se enfrenta con diversos problemas, la mayoría de ellos heredados del gobierno anterior, pero la verdad es que la población hace reclamos justos: eligió a otro partido que le prometió resolver los problemas y las masas son impacientes, así que los veracruzanos ven transcurrir las semanas sin verdaderos cambios y comienzan a aparecer las manifestaciones, los plantones (fue desalojado el que hicieron los pobladores de Soledad Atzompa) y las desilusiones.


                El PRI quiere conservar Coahuila y Estado de México, estados donde nunca ha habido alternancia. También pretende, con ello, recuperarse de la derrota que sufrió en 2016. Intenta mantenerse en Nayarit, pero los escándalos de la actual administración hacen que resulte un panorama muy complicado. En Veracruz dará la pelea en los municipios, pero todavía está fresco el recuerdo de las tropelías de Javier Duarte. Morena intenta ganar espacios y el PAN pretende regresar por sus fueros aunque deberá luchar contra los yerros de su paso por el poder.


Todos los partidos tienen gran interés -intereses- en las elecciones de este año. Las campañas para las gubernaturas ya comenzaron y aunque supuestamente es mucho lo que se juegan los partidos, vemos las campañas de siempre: Mítines, calcomanías, lugares comunes en los mensajes y lemas gastados. Los promocionales televisivos de los líderes de partidos no convencen. Ochoa Reza dice que recorrió el país y vio necesidades. ¿Acaso nadie se quejó del PRI y sus gobernantes? Cada vez que escucho este anuncio me pregunto cuántas mentiras caben en tan pocos segundos.


Los jefes de campaña elaboran plataformas creativas. Tratan de introducirle cientificidad a sus productos de comunicación. Elaboran un discurso para sus candidatos. El resultado, sin embargo, es el mismo. Hay un halo de mentira en la imagen y el discurso de los candidatos. En unos más que otros, eso sin duda. Parece que nunca ven sus defectos. Es como si la historia se escribiera a partir de esta campaña y se olvidan de las décadas que tenemos los ciudadanos decepcionándonos de los políticos.


Una y otra vez piden el voto para enterarnos después de que hacen una declaración de bienes que no concuerda con la realidad, que le compraron una casita a quien no debían, que tienen propiedades en el extranjero o tienen viviendo a su familia fuera del país, que reciben indemnizaciones millonarias por haber trabajado en un organismo público unos cuantos meses cuando la mayoría de la población padece penurias, lidia a diario con la carestía de la vida, con la inseguridad, con el horror de las fosas clandestinas, con los desaparecidos, con balaceras y asaltos a plena luz del día o simplemente no encuentran empleo.


La realidad y los contenidos de las campañas nada más no empatan. Y es tan fácil la fórmula para ganar: queremos simplemente candidatos honestos que cuando asuman el cargo sigan siendo honestos.


Pienso a menudo en el caso de Antanas Mockus en Colombia. El sui generis exrector de la Universidad Nacional de Colombia que perdió el rectorado por haberse bajado los pantalones y mostrado el trasero a una multitud ingobernable de estudiantes que no le prestaba la menor atención.


Después de este fallido gesto con el que intentó establecer el diálogo con los estudiantes y de que el presidente César Gaviria le pidió la renuncia, aceptó la candidatura a la alcaldía de Bogotá. Un profesor universitario que nunca había incursionado en la política. El escaso, muy escaso dinero con el que contó para su campaña lo compensó con imaginación. Criticó los discursos de los políticos tradicionales, pero no los sustituyó con otros discursos sino con mensajes nuevos, los que deseaba escuchar una ciudadanía cansada de la violencia y la corrupción. Utilizó un lienzo de tela en color rosa enorme como símbolo de la “tela de juicio” en que ponía el comportamiento de los políticos. Y así, con muy pocos recursos, porque como es comprensible los empresarios le negaron apoyo, ganó la alcaldía de Bogotá un matemático y filósofo. No sólo la ganó, la administró con honestidad e impuso el mismo comportamiento a sus subalternos. Tomó medidas para contrarrestar el clientelismo y el tráfico de influencias. Con campañas de comunicación eficientes provocó la conciencia ciudadana. Redujo las armas entre la población. Disminuyó casi 20% la tasa de homicidios. Transparentó el ejercicio del poder. Con una forma peculiar de gobernar convenció a los ciudadanos de que es posible gobernar con honestidad y que para ello se requiere también la participación ciudadana, que le otorgó el voto para un segundo periodo.


                Antanas Mockus no es un extraterrestre y tampoco vivió cuando no había qué robar. Ganó su primera elección en 1995 y la segunda en 2001. Sólo demostró que la cultura ciudadana puede hacer mucho para hacer más habitable una ciudad. ¿Ven lo fácil que es hacer una campaña para ganar?


ramirezmorales.pilar@gmail.com


 

 
Regresar a la Página Principal
Aviso de Privacidad
 
Comentarios
 
En Política al Día nos interesa tu comentario, es por eso que creamos este espacio para tí. Aquellos mensajes que contengan un contenido vulgar, difamatorio u ofensivo, serán eliminados por el administrador del sitio. Leer normas y políticas