Para expulsar del PRI a Javier Duarte de Ochoa, a la Comisión de Justicia Partidaria le importó más la traición a su ideología, que las denuncias por corrupción que pesaban sobre él, se desprende del reporte que publica hoy El Universal. El estudio a fondo la Cédula de notificación hecha por el medio, deja ver que si Javier Duarte en algún momento buscara re-afiliarse al PRI (en caso que quisiera), no podrá hacerlo “por ningún motivo” por falta de probidad como buen gobernante y por dañar la imagen del partido. Así, el dictamen, deja abierta la probabilidad de que un juez pueda declarar inocente a Duarte de los actos de corrupción de que se le acusa y se dio a la fuga, pero de ningún modo podría regresar al PRI. Esto es, aunque sea inocente (en el superhipotético caso), el PRI lo juzgó por fallarle y se entiende que por hacer perder la gubernatura de Veracruz a Héctor Yunes Landa y no por haber sido señalado por la justicia. A efectos prácticos, Duarte le falló al PRI, no a los veracruzanos. |