Lo que son las cosas, cuando se politiza la religión alguien siempre sale raspado.
Eso les pasa a los diputados locales perredistas de Veracruz a quienes por un lado el arzobispo Hipólito Reyes Larios los felicita y aplaude que hayan votado para dar marcha atrás a la iniciativa de despenalización del aborto, pero por otro, su dirigente nacional Alejandra Barrales, les pone una regañada pública y nacional.
Lo anterior no es más que el resultado de la mezcla de banderas políticas opuestas, cóncavas y convexas como las del PAN con el PRD.
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