Ahí donde con decenas de cámaras vigilan y cuando alguien se roba un tomate lo pescan sin dilación, ahí es donde un día sí y otro también los rateros están haciendo su agosto.
La seguridad está cuidando a los negocios, pero no son capaces de detener a los ladrones que sustraen las pertenencias de las bolsas de quienes compran y donde uno debería sentirse seguro, no lo está.
Tiene que haber complicidad, se queja una víctima que solicitó omitir sus datos por temor a represalias, quien indicó que dentro del Chedraui le robaron su cartera y antes de poder reportar el robo ante el banco, su tarjeta había sufrido 4 movimientos, por lo que sospecha que debe haber colusión pues no es posible que se pase 4 veces la tarjeta sin solicitar la identificación.
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