En los cafés dicen que mientras Meade rogaba al priismo que lo hicieran suyo y lo aceptaran como su candidato -sin ser priista-, los viejos sectores lo esperaban impacientes para entregársele en bola, con versiones tan ridículas como la de Carlos Aceves, líder cetemista que sin rodeos le reconoció como su candidato desde siempre. ¡No se midió!... Lo mismo hicieron Arturo Zamora de la CNOP e Ismael Hernández de la CNC, las mujeres del país y los cientos de niños de pecho que ‘acreditados como consejeros’ abarrotaron el Ghal el sábado pasado en el Consejo Político Estatal del PRI en Xalapa.
La pregunta es si aún y con toda la bufalada a favor de Meade, aún habrá algún Juan Escutia que acepte ser el otro precandidato, para no perderse la precampaña.
Canillazos para los que no cambian, dirían “demócratas” de enfrente. |