La pregunta es, ¿Qué es lo que tendría que pasar para darse cuenta de que la realidad es muy distinta de lo que muchos se imaginan o quisieran que fuera?
Es tal la pasión, que la ceguera colectiva nos atrapa y se enseñorea por cualquier rincón del país. Esa es la realidad.
Los aspirantes a cargos de elección popular están totalmente expuestos en su caminar, no importa de qué partido, ideología o color tengan. Viven al filo de la navaja y se llegó al extremo de que también mueren familiares, amigos o incluso simpatizantes con ellos.
Esta misma tarde se reporta el asesinato en pleno mitin político de Pedro, padre de Saúl Trejo, quien aspira a ser alcalde de Tarimoro por el partido MORENA en el estado de Guanajuato.
En medios locales se informa que esta tarde, personas armadas llegaron al lugar donde Saúl Trejo invitaba al pueblo a votar por su proyecto y abrieron fuego a discreción en contra del candidato y las personas que lo acompañaban.
En esas circunstancias no hay protección que funcione, candidatos, acompañantes y simpatizantes corren peligro por igual.
Como bien apuntan algunos políticos, en estos momentos en México el deporte más extremo es ser candidato, y aunque señalen que es mayor el temor entre políticos de oposición, lo cierto es que la inseguridad no respeta colores. Tan solo, de los casi quinientos candidatos que cuentan o han solicitado protección federal, más de la mitad son de MORENA y casi la mitad de ellos son de Guanajuato.
Esa es la realidad, aunque no nos guste. |