A la opinión pública
Amigas, amigos:
Explico las razones por las que apoyamos a los maestros de México.
Aunque siempre lo hemos dicho, es necesario reiterarlo porque existe una intensa campaña de desprestigio contra los maestros en periódicos, estaciones de radio y televisión para hacer creer que no dan clases, que gozan de muchas canonjías y que sus protestas perjudican a niños, jóvenes y a la población en general.
Indigna que quienes manejan tras bambalinas esta campaña sean, en realidad, los principales responsables de la tragedia nacional y del atraso educativo y, aunque parezca increíble, estén creando, con esa propaganda mentirosa, las condiciones para hacer de la enseñanza y del aprendizaje un jugoso negocio privado.
Estas son nuestras consideraciones:
1. En nuestro país los gobiernos neoliberales o neoporfiristas, ni siquiera han tenido la voluntad ni la dignidad para elaborar planes y programas propios de desarrollo y enfrentar los grandes y graves problemas nacionales.
Las llamadas “reformas estructurales” han sido impuestas desde el extranjero y han significado la privatización de empresas públicas, del petróleo, la industria eléctrica, las minas y la seguridad social.
Al mismo tiempo, los gobiernos títeres han aumentado los impuestos, el precio de los combustibles y han eliminado derechos y prestaciones que se habían conquistado en beneficio de los trabajadores. El resultado está a la vista: el pueblo de México sufre pobreza, inseguridad, miedo, desempleo, carestía, incertidumbre, y solo una pequeña minoría vive con ostentación y colmada de atenciones y privilegios.
2. La mal llamada “reforma educativa” forma parte de la agenda que, desde hace más de 30 años, han venido imponiendo los organismos financieros internacionales con la complicidad de la mafia del poder en México.
3. La “reforma educativa” no resuelve el grave problema de la falta de oportunidades para estudiar ni el de la mala calidad de la enseñanza. Simplemente busca reducir a los maestros a la indefensión laboral para transferir a los padres el costo de la educación, cuando menos el mantenimiento de los planteles escolares, creando así las condiciones para que el gobierno incumpla y desatienda su obligación de garantizar educación libre y gratuita para todos.
4. No es cierto, como lo pregonan los voceros del régimen, que la educación preocupe a los políticos corruptos y a los traficantes de influencias porque, en los hechos, no hacen nada para enfrentar el fondo del problema ni para combatir el hambre y la pobreza. Tampoco les importa mejorar la infraestructura educativa. Según datos recientes, el 48% de las escuelas públicas no tiene drenaje; el 31% no cuenta con agua potable; el 12.8% no tiene baños o sanitarios y el 11.2% no tiene luz. (Gerardo Esquivel Hernández, Desigualdad extrema en México, junio de 2015).
5. Una prueba clara de que al gobierno no le importa la educación, es el trato discriminatorio y humillante que reciben los jóvenes cuando desean ingresar a las universidades públicas. Son rechazados con el pretexto, la descarada mentira, de que no pasan el examen de admisión.
Téngase en cuenta que las colegiaturas en escuelas privadas del nivel superior cuestan, las menos caras, entre 3 y 5 mil pesos mensuales, lo que equivale al ingreso total de la inmensa mayoría de las familias mexicanas. Así, cada año miles de jóvenes son excluidos y marginados.
6. En realidad, la “reforma educativa” trata de someter a los maestros con el pretexto de las evaluaciones y avanzar en la privatización de la educación. Es falso, además, que los maestros se opongan a ser examinados con fines pedagógicos, como se ha repetido muchas veces de manera tendenciosa; su rechazo, como han expresado, es a presentar exámenes previa renuncia a la plaza de base y a la antigüedad que han acumulado para quedar a expensas de decisiones discrecionales y de la arbitrariedad.
7. Desde que fue impuesta la “reforma educativa”, el magisterio democrático ha tratado de dialogar con el gobierno peñista y ha insistido en el camino de la negociación para resolver el conflicto.
8. La intransigencia y la cerrazón han estado siempre en el lado gubernamental, como lo prueban las declaraciones que, casi a diario, hacen los funcionarios rechazando cambiar siquiera una coma a la “reforma educativa” y exigiendo que los maestros se sometan a ella y renuncien a sus derechos.
Es nefasto que en lugar de abrirse al diálogo, estos malos gobernantes estén optando por la captura y el encarcelamiento de dirigentes y profesores, y por la represión violenta y la persecución contra el movimiento magisterial en general. De facto, han suprimido los derechos de reunión, de libre manifestación y de libre tránsito. Se les olvida lo que Benito Juárez recomendaba: “Nada por la fuerza, todo por la razón y el derecho”.
9. A los dirigentes magisteriales “levantados”, privados de su libertad y trasladados en aviones militares a penales del norte del país, les están fabricando delitos. Como lo hicieron con Nestora Salgado, el doctor Mireles y con otros luchadores sociales más, a Rubén Núñez Ginés y a Francisco Manuel Villalobos, los líderes magisteriales detenidos la madrugada del domingo, son acusados de haberse robado ciento treinta millones de pesos. Es una infamia. El colmo del cinismo. El mundo al revés: los verdaderos delincuentes están convertidos en jueces.
No se le puede creer al gobierno cuando dice que quiere llevar a las aulas cambios e innovaciones en materia educativa. ¿Cómo lo va a hacer si no se sienta a dialogar con los maestros? ¿Sin ellos? ¿Con la policía? ¿De veras piensa mejorar la calidad de la educación fabricando delitos, reprimiendo y encarcelando profesores?
10. Como se comprenderá, ante estas atrocidades, no podemos quedarnos callados ni con los brazos cruzados. Sabemos que la propaganda de los poderosos podrá desorientar y desinformar a muchos pero no podrá engañar a todos y no vamos a caer en el chantaje de que portarse bien es no protestar ante la injusticia y el oprobio. Nuestro movimiento no es electorero; no haremos cosas para quedar bien con las televisoras ni con los otros medios que han estado participando en el linchamiento de los maestros. Frente a la defensa de principios, no haremos lo “políticamente correcto” ni nos interesa conseguir los votos de quienes han sido “intoxicados” por la campaña oficial en contra del movimiento magisterial. Siempre actuaremos con honestidad, rectitud y congruencia; es decir, con auténtica solidaridad, en este caso, a favor de un movimiento social, justo y digno: el movimiento magisterial.
Por estas razones, hemos decidido convocar a militantes y simpatizantes de MORENA a una marcha-mitin del Ángel de la Independencia al Zócalo de la Ciudad de México, el domingo 26 de junio, a las 11 de la mañana, con tres demandas básicas:
1. El cese a la represión.
2. La liberación inmediata de los maestros injustamente detenidos.
3. La apertura de un diálogo para revisar y formular una verdadera reforma educativa, con el consenso de autoridades, maestros y padres de familia.
La educación no es un privilegio. Es un derecho de nuestro pueblo.
Andrés Manuel López Obrador
Presidente Nacional del CEN de MORENA |