El destape de San Andrés Tuxtla a cargo de Julián Organista Barranco, coordinador distrital del PVEM y la reunión de ayer de Carvallo con líderes cafetaleros del Estado, llaman la atención pues en política nada es fortuito ni improvisado. Y menos cuando no se trata de líderes de trapo. El caso del pronunciamiento del líder distrital del Partido Verde no debió haber sido de muto propio o sin haber pedido línea previamente, pues de lo contrario el líder estatal de ese partido ya hubiera protestado o hubiera mandado señales en contra. Mientras que el caso de los cafetaleros son prácticos estrategas de la operación política como los de la Unión Nacional de Productores de Café CNPR, Unión Nacional de productores de café de CNC, Unión Regional de productores de café de Huatusco, Consejo Estatal del Café, Consejo regional de café de Coatepec, Grupo de Apoyo al Sector Rural SC, Todos somos Campesinos AC, UGOCEP, CNOC, Agroproductores Zona Centro, representante de exportadores AMSA, productores de la región de Zongolica, Huatusco, Tlapacoyan, Altotonga, Atzalan, Córdoba pertenecientes al Sistema producto Café de Veracruz. Este tipo de situaciones no debería perderlas de vista ni minimizarlas a priori como lo han querido ver algunos.
Por si fuera poco, sabemos de buena fuente que un órgano del PRI, con capacidad para proponer candidatos, podría pronunciarse hoy también por Carvallo con la intención de que se le considere como candidato a gobernador de Veracruz.
Otro de los actores de la terna mencionada es Alberto Silva Ramos, del que nadie se tragó el cuento que llegaba al PRI a fungir como un árbitro imparcial, sino con miras a posicionar su figura para tratar de desbancar a los Yunes rojos.
¿Logrará Silva Ramos sus propósitos? ¿Logrará Silva vencer el estigma y la sombra de otros muchos delfines que han fracasado en su intento de suceder a su jefe? Porque Alberto Silva es el delfín de Javier Duarte, quiérasele ver por donde se le quiera ver. Silva lo sabe y lo saben muchos más.
Con todos los delfines desde el presidente Salinas de Gortari hasta Felipe Calderón, sus delfines han fracasado, ninguno ha llegado a la Silla. Dos murieron en el intento que fueron los casos de Luis Donaldo Colosio Murrieta y Juan Camilo Mouriño Terrazo. Otros dos ni siquiera llegaron a contender como candidatos, como Esteban Moctezuma Barragán y Santiago Creel Miranda.
¿Qué le deparará el destino a Silva? Nadie lo puede saber, pero sí se le percibe un horizonte muy vulnerable frente a columnistas y medios locales y nacionales, a los que trató con la punta del pie cuando tuvo el cargo de Coordinador de Comunicación Social del Gobierno del Estado.
Si bien lo anterior puede ser cierto, también puede ser más cierta la otra versión, que afirma que el QUIÉN (en el PRI) ya está decidido y que solo falta el CÓMO. En esta versión que ya manejan muchos analistas, se asegura que el candidato, el QUIÉN, ya está definido y es Héctor Yunes, y que sólo falta ver el CÓMO con las negociaciones entre las que destacan la invulnerabilidad de Javier Duarte y de algunos de sus principales colaboradores no blindados con fuero; el número y nombre de candidatos a diputados locales unis y pluris, desde donde Duarte buscaría maniatar al gobernador para obligarlo a cumplir su Pacto de Caballero; el nombre de quién sustituirá a Alberto Silva en el PRI una vez que se regrese a su curul en San Lázaro; y lo más importante, quién ocupará la Secretaría de Finanzas en el CDE del PRI, que tendrá la nada fácil labor de administrar los 5 mil millones de pesos que, se asegura, le costará la campaña al PRI si es que quiere ganar.
¿No está fácil, verdad? |