Y cuando todo parecía concluido, amarrado y planchado, que tanto el QUIÉN como el CÓMO ya estaban superados, voces bien enteradas de lo que sucede en los sótanos rojos nos comentan que el “CÓMO” no ha sido resuelto. Es decir, lo que se creía planchado aún está arrugado, lo que se pensaba terminado todavía está en veremos. Los Duartistas que fueron tentados por la ambición y se llenaron las bolsas con el patrimonio ajeno, siguen en el aire y presionan. En estricto sentido “las dieron” sin acordar sus salvoconductos, sin tener en la mano el papel en el que estuviera plasmada la promesa de blindaje, la promesa que los librará de un merecido pero negociable smoking a rayas.
Sí hubo y ha habido acuerdos, pero no todos los que la plebe quería o pensaba que se podían trocar por su voto de calidad. Sin embargo, lo principal ya se “arregló”, lo esencial ya está más que del otro lado de las trancas y enfila su mira hacia un horizonte soleado con sol, arena y mar. Lo que queda pendiente son CÓMO quedarán las candidaturas a diputados locales, la cabeza del CDE del PRI, el financiamiento multimillonario que se necesita para las campañas y el blindaje que a la gran mayoría de Duartistas les súper urge, son temas que siguen en el aire. Al menos hasta antes de la tarde noche de este jueves 14 de enero, las uñas de muchos de ellos, ya casi no existían. Las jarras de café, en varias oficinas de San Lázaro y algunas de Palacio y dependencias de gobierno, se vaciaban apenas eran puestas a su alcance, para calmar los nervios.
Pero se tiene conocimiento que es precisamente en todo eso que se sigue trabajando en el imaginario “Cuarto de guerra”. Los teléfonos están hasta calientes de tanta llamada de aquí para allá y de allá para acá, pero es obvio que con la candidatura en la bolsa, Héctor Yunes Landa, si antes estaba reacio a las negociaciones, ahora puede imponer mejor sus condiciones.
Así es la política, es de vivos y cuando alguien se duerme; como a los camarones: se los lleva la corriente. Héctor deberá tener mucho cuidado con lo que cede, pues entre los retos que tendrá en la campaña que viene, lo más difícil será superar la “rodeología”; las rémoras contaminadas.
El recién anunciado candidato de unidad del PRI al gobierno del Estado de Veracruz, sabe que se enfrentará con tres grandes retos durante su campaña:
1) Ser creíble como candidato de cambio y compromiso;
2) Utilizar un discurso fuerte, diferente; y
3) Rodearse de cuadros y operadores propios.
Los dos últimos retos serán difíciles de superar y podrían hacer tropezar a un hombre que se ha preparado y desea servir a Veracruz en el peor momento político y económico desde mediados del siglo pasado. Héctor ganó la partida pero si afloja en la hora cero, regalaría un hándicap muy difícil de superar. Imagínese qué le podrían aportar en votos a su campaña, candidatos a diputados locales como Gabriel Deantes Ramos, Vicente Benítez o Harry Grappa, y menos aportarían si, como se ha manejado en los cafés, alguno de ellos de casualidad gana la elección y se lo quieran imponer como líder del Congreso. ¿Hasta dónde estará dispuesto Duarte para empujar a fondo para tratar de salvar la zalea de quienes como amigos le fallaron a él y a Veracruz?
El tiempo develará los resultados de la enjundia, el compromiso y la imaginación de Héctor Yunes Landa. Al fin, la política es la acción de los hombres y de la circunstancia que para sí u otro, cada candidato pueda crear. Es el tiempo de Héctor, un hombre que si no se da cuenta, podría ser ahogado por las filias, y perderse por los odios y fobias ajenas.
Hombre y circunstancia en la hora de Veracruz. La “rodeología” esta vez pudiera tener peso. Difícil hacer algo diferente con los mismos.
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