“La novedad es que se irán a la calle también sindicalizados”, apunté, y comenté que en primera instancia se razuraría a quienes menos tiempo tuvieran con sus bases, no más de tres años, aunque era posible que se guillotinara a otros con más antigüedad.
Pero si algunas de mis fuentes están en lo cierto, al parecer habría habido una contraorden de último momento para no echar más trabajadores a la calle, aunque de todos modos se les afectaría, pues a cambio de dejarlos les quitarían sus compensaciones y los dejarían con un sueldo base mínimo, que sería casi sólo para que sobrevivan.
Si es correcta la información que me han dado (la falta de información oficial hace que se atenga uno a lo que se puede saber a través de fuentes extraoficiales), el freno habría sido porque se convencieron ya de que existe un enojo generalizado en contra de la administración por la forma en que ha estado afectando a miles de trabajadores y sus familias, coraje que, por lo que comentan los despedidos, se va a desahogar en las urnas el próximo año votando en contra de los azules.
Dice el refrán que de los males el menor, y si es buena la noticia –insisto, si es cierta– de que no habría despidos, sería mala, muy mala que les tumbaran la compensación, que es con la que verdaderamente se ayudan los trabajadores, porque el sueldo base apenas si les alcanza para lo mínimo indispensable.
Otra cosa que no se sabe es si la pérdida de compensación sería sólo para los que están o estaban considerados para ser despedidos, o si se aplicará en general a toda la burocracia, lo que tendría una grave repercusión para el gobierno por el enorme descontento que generaría
Aquí si no aplicaría aquello de jodidos pero contentos; aquí sería jodidos y molestos, enojados. Esperemos a saber que pasa finalmente. Ojalá y ocurra lo mejor para tanto jefe o jefa de familia sobre quienes, hasta en tanto no haya una información oficial, pende la cuchilla de la guillotina. Pero de que hay incertumbre y malestar en muchos, la hay, ya sea porque los dejen cesantes, ya sea porque les tumben ingresos.
Aunque anoche, cuando ya cerraba esta columna, administrativos de organismos descentralizados me confirmaron que ni maíz paloma, que se van, que hoy se van a la calle cientos, acaso miles de trabajadores, que el lunes ya serán cosa del pasado y hasta me pidieron que les sugiriera que por aquello de las dudas se lleven todas sus cosas personales porque ya no podrán regresar más a los que hasta hoy han sido sus centros de trabajo.
Suceda una cosa u otra, de todos modos la noticia es mala. Y pensar que casi todos votaron por el cambio. |