El primer edil Fernando Yunes y demás organizadores, lograron la difícil tarea de que miles y miles de familias jarochas, así como nacionales y extranjeros, disfrutaran de estas fiestas, las cuales en el pasado reciente se les había disipado su espíritu de convivencia.
De esta manera, la alcaldía y el Comité de Carnaval, demostraron que si puede existir un viable equilibrio dentro de esta multitudinaria celebración, la cual había perdido su propia naturaleza, cumpliendo el objetivo fincado de devolver esta fiesta a las familias veracruzanas.
Es cierto, los excesos siempre existirán en una festividad de este tipo. Estos jamás se pondrán detener, ocultar, ni negar. Al final de cuentas, es “la fiesta de la carne”.
Sin embargo, en medio de miles se logró controlar lo que se debían de cuidar, consiguiendo así que esta edición del Carnaval se desarrollara con seguridad, tranquilidad, efectividad y limpieza.
Se tiene que decir, aun sobre las críticas de sus malquerientes, esta celebración resultó digna. Y aun con temas pendientes, como la permanencia del “Pollo” Pérez Fraga como titular del Comité Organizador, el presidente municipal Fernando Yunes sentó las bases de un renovado festejo preparándose para los 500 años del Carnaval.
Ya veremos si se queda el “Pollo” para el próximo año o no.
Eso ya será otra historia.
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