Y es que por más que se pretenda dorar la píldora afirmando que el senador veracruzano votó en libertad de conciencia, todo mundo sabe, que su salida y actuar obedecieron principalmente al yugo que desde Veracruz se le estaba imponiendo ante la serie de violaciones al marco legal a lo largo de su larga trayectoria política y en la función pública.
En Morena Veracruz, nadie los quiere, mucho menos los ven de aliados, porque saben que fueron y son antagónicos del proyecto transformador impulsado por el Obradorismo, por lo que su aparente identidad con las reformas constitucionales nadie se las compra.
Pero sabedores de ello, lo que verdaderamente mueve la acción a la especulación y al análisis, es el actuar del mismo coordinador parlamentario de Morena en el Senado, Adán Augusto López Hernández, quien los ha cobijado, apapachado e incluso los declara miembros del grupo legislativo de su partido, cuando se les ve con recelo ante los graves precedentes en el actuar de estos pseudo políticos.
Y es que la más reciente declaración de López Hernández tras salir de un encuentro en Palacio Nacional con la presidenta Claudia Sheinbaum abre los cuestionamientos, porque tras la campaña perniciosa, ofensiva y violenta en contra de su correligionaria la gobernadora Electa, Rocío Nahle García, la actitud cobijadora de Adán Augusto, evidencia ese dejó de traición y división por consigna, solo por dañar, que no abona, que no construye y que si lastima al movimiento que dice defender.
Para el los Yunes, los acérrimos críticos del mismo presidente López Obrador a quienes lo llamaron “viejo guango” “loco” y un sinfín de improperios, hoy pueden como por arte de magia ser perdonados e incorporados a las huestes morenistas, como si el actuar de los otrora opositores no hubiera ocurrido.
En términos lisos y llanos cualquier alvaradeño y veracruzano bien nacido le diría a Adán Augusto López Hernández un “qué poca madre”, y sí que poca memoria, que poca vergüenza, que poca dignidad política, porque aceptar a quienes insultaron, ofendieron, denigraron y orquestaron la peor de las campañas negras de la que se tenga memoria es un acto deshonesto, servil y poco ético.
Por cierto, en vez de estarse metiendo con temas de la política veracruzana, Adán Augusto López Hernández debería estar atendiendo los pendientes que en su estado tiene abiertos y a los que ahora hace como que no los escucha, pues el reclamo directo del Gobernador Javier May de que su ex secretario de Seguridad Pública, Hernán Bermúdez cuando el ex secretario de Gobernación fuera gobernador de Tabasco está directamente relacionado con el crimen organizado –La Barredora- es contundente.
Mentira que ahora López Hernández no sabía a quién tenía contratado, bueno salió para criticar a Genaro García Luna y a Felipe Calderón, pero cuando se la voltearon con el señalamiento, se hace literalmente como el Tío Lolo –pendejo solo-.
Ya veremos hasta donde llega el personaje que habría contradicho la misma senadora de sus amores, Andrea Chávez –senadora por Chihuahua- a su líder parlamentario, al afirmar que ambos legisladores veracruzanos se mantienen sin grupo parlamentario.
“No, el senador Miguel Ángel Yunes se mantiene como senador sin grupo parlamentario, sin embargo, él está luchando por mantener su afiliación efectiva al PAN, puesto que no tienen ninguna razón para echarlo”.
En ese sentido la legisladora al menos mostró mayor resistencia a sumarlo a las filas de Morena, en donde no tienen cabida, donde no existen coincidencias ideológicas, en donde nadie los quiere porque saben la calaña de personajes trepadores que son.
Queda claro que Adán Augusto López Hernández es el peor enemigo de Morena.
Al tiempo.
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