LA ESPERANZA DEL PRI… SI ACASO UN PUÑADO DE MUNICIPIOS

Atrás quedaron las batucadas, los camiones repletos de acarreados, la miríadas de reporteros y fotógrafos, las pancartas y las lonas, los sombrerudos, los huarachudos, los de overol y los de traje, que se repartían codazos de tú a tú para estar cerca del candidato. 

Las marchas comenzaban cuadras antes, todos engarzados de los brazos en unidad y jolgorio. Caminando juntos para hacer la entrada triunfal al viejo edificio del PRI estatal con el candidato al centro, quien levantaba las manos, sonreía y agradecía a la “espontánea” concurrencia el que hayan dejado por unas horas sus quehaceres para acompañarlo a su registro. 

Y así, en medio de ramos tirados al piso y guirnaldas multicolor, el o la candidata, se ubicaba a la diestra de Reyes Heroles y del busto de Colosio para plasmar su firma en el Registro de Aspirantes, y partir después a una buena tamaliza con sus ignotos acompañantes que se desplazaban desde los llanos, las altas montañas, las cuencas y los valles, los puertos, el norte, sur, este y oeste, haciendo del PRI de Veracruz en Xalapa, el centro cardinal del universo político jarocho. 

Hoy… hoy todo es distinto. 

Apenas unos cuantos entre empleados, aspirantes trasnochados e ingenuos dirigentes. 

Ya no hubo empujones, ni batucadas, ni lonas, ni marchas, ni Partido, ni esperanza. 

Hoy el PRI de Veracruz vive los últimos estertores de una organización política totalitaria. Cierto, el PRI no está muerto y el Fofo Ramírez Arana no es por tanto su sepulturero… tan solo está agonizante, herido de muerte, con un matasanos al frente que solo lo ve desfallecer mientras le revisa las bolsas y se mide las botas del próximo difunto. 

De los 212 ayuntamientos en disputa, se contarán con los dedos de las manos los que pueda ganar el PRI. 

¡Y no! No serán ni el Puerto ni Boca del Río los que podrán ganar, como jaquetonamente alardeó su líder. 

Podrán ganar, y no sin pasar apuros, municipios en los que sí lo han hecho bien y donde puedan comprobar dos cosas: 1. Que tienen al mejor candidato/a; 2. Que los demás tienen al peor candidato/a. 

Orizaba es un ejemplo. Ocioso sería enumerar lo bien que lo han hecho los empresarios en ese Pueblo Mágico. Hugo Chahín será sin duda el candidato pese a que hay como cuatro o cinco inscritos. 

Sólo en ese municipio el PRI podría garantizar el triunfo en solitario, en Coalición o incluso en un Todos Unidos contra el PRI. 

Y lo anterior no porque “el PRI sepa gobernar”, sino porque las personas que han estado allí bajo las siglas de ese partido, aún habiendo estado en otro, hubieran seguido sus propios códigos morales y éticos, su visión empresarial y la esperanza de un bien colectivo. No es, por tanto, que el PRI “sepa gobernar”, pues si así fuera lo hubieran demostrado en todo el Estado y no solo en ese municipio de tan pocos kilómetros cuadrados. 

Aparte de Hugo Chahín en Orizaba, hoy el PRI la tiene en arameo en los 211 municipios restantes. 

No queda casi nada de ese partido. Está herido de muerte y en pocos meses se confirmará que estará peleando el último lugar en Veracruz junto con el PT. 

Como dirían los clásicos… veremos lo que ocurre, si es que ocurre. 

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(COLUMNA "POLÍTICA AL DÍA")