Así, sabemos que la ciudad de Teotihuacán fue uno de los centros religiosos de mayor importancia en Mesoamérica y que los aztecas creían que fueron los dioses quienes la crearon. Y también conocemos cómo se distribuía la ciudad, pues todavía hoy se conservan algunas estructuras.
De esta manera, si estás situado en medio de Teotihuacán miras hacia el horizonte, ves dos pirámides: la Pirámide del Sol y la Pirámide de la Luna, dos pirámides unidas por una avenida bastante amplia. Pero además de estas dos edificaciones había varios miles de construcciones más. Los agricultores vivían en casitas de madera, pero otros habitantes lo hacían en casas de piedra decoradas a base de pinturas y murales. La población Teotihuacán vivía separada por clases y así lo demuestran las diferentes estructuras y los restos óseos encontrados.
Como decíamos en el párrafo anterior, en la ciudad de Teotihuacán vivían agricultores. Y es que la economía de este lugar se basaba principalmente en su trabajo, aunque se cree que también trabajaban con el comercio internacional.
Por lo que hace a cómo se gobernaba, los gobernantes de Teotihuacán eran personas religiosas. Y es que como ya se ha citado con anterioridad, las personas de esa ciudad le daban mucha importancia a la religión; no hay más que ver su nombre. La religión era politeísta y contaba con dioses cogidos de religiones más antiguas. Así lo muestran todos los templos y elementos religiosos encontrados, entre ellos las dos pirámides de las que antes hablábamos.
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