La naturaleza y la modernidad se funden en un país del que todos terminan enamorados y en el que tendremos la oportunidad de conocer una realidad diferente a la que estamos acostumbrados a vivir: los bosques de Canadá son una de ellas. Un lugar en el que la madre Tierra importa mucho más que en otros rincones de nuestro planeta y en el que sus amantes se sentirán verdaderamente en casa.
La pregunta no es qué nos atrae de Canadá, sino qué no lo hace. Todo en ese país supone una razón en sí misma para ser visitado, desde sus grandes ciudades hasta sus rincones más desconocidos, pasando por supuesto por sus famosos bosques. Son estos últimos los que hacen las delicias de viajeros de todos los rincones incluso antes de visitarlos. Y es que ¿quién no se ha enamorado por completo de esas imágenes cargadas de colores que vemos en Internet? Los bosques de Canadá son estampas que parecen cuadros y que, sorprendentemente, son reales.
Al igual que ocurre con el país en general, todas las épocas del año son perfectas para visitar estos bosques, aunque en algunas podemos encontrarnos con temperaturas algo extremas. Sin embargo, existe un momento perfecto para disfrutar de su belleza en todo su esplendor: Otoño. Seguro que no necesitas muchas razones para animarte a este viaje y para hacerlo entre los meses de septiembre y diciembre, pero por si acaso aquí tienes unos cuantos argumentos para que aproveches esta estación del año y te pierdas entre árboles milenarios y colores que nunca antes habías visto.
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