Szechenyi posee tres piscinas al aire libre, una de ellas de agua termal, y varias pequeñas piscinas cubiertas, alguna incluso con agua fría. Muchas están decoradas y rodeada columnas. El público es muy variado: desde turistas o lugareños que quieren disfrutar de un día de relax hasta ancianos deseosos de aliviar sus achaques. No hay que olvidar que la seguridad social húngara subvenciona varios tratamientos terapéuticos.
Otro balneario de renombre es Gellert. Su piscina principal ha salido en revistas de todo el mundo e incluso en anuncios televisivos, como el de Danone. Su estilosa arquitectura Art Nouveau hace de ella una de las termas más bonitas de Budapest. Cuenta con una docena de piscinas, casi todas cubiertas. Incluso hay una piscina con olas artificiales, que fue la primera de este tipo inaugurada en Europa.
También hay que citar los Baños Rudas, que figuran entre los baños turcos más bonitos del mundo. Fueron construidos a mediados del siglo XVI durante la ocupación otomana y tienen un enorme parecido con el Cemberlitas de Estambul. Su punto fuerte es su sala con una cúpula magnífica, sostenida por un conjunto de columnas.
Finalmente, vale la pena conocer el balneario Lukács, ubicado en la ribera de Buda. Es uno de los más antiguos de la ciudad. Aquí encontraremos varias piscinas descubiertas y cubiertas, con agua de diversa temperatura. Como los otros, también ofrece servicio de masajes y sauna, además de varios tratamientos terapéuticos.
Con información tomada de El viajero fisgón. |