SIENDO parecidos los perfiles políticos de Donald Trump, de los Estados Unidos y Andrés Manuel López Obrador, de México, no resultaría nada raro que en el dos mil veinticuatro, sucediera lo mismo en nuestro país, relacionado con lo que ahora ha ocurrido en la nación norteamericana.

 No se descarta que si el ahora Presidente de México, llegara a perder las elecciones dentro de la sucesión presidencial, aunque no se tratara de una reelección, se podría presentar el mismo caso de no aceptar la derrota, aún cuando fuera más que evidente la gran votación en su contra.

 Podría decirse que las formas de pensar y de actuar de los dos mandatarios tiene grandes similitudes y ambos han rebelado en los recientes meses, su necedad y caprichos personales que llevan, desde luego, consecuencias como las que ahora se están generando en los Estados Unidos. Hay un gran perecido en las prácticas políticas y en las acciones negativas de los dos mandatarios que  implican, desde luego, serios riesgos para la estabilidad política del gobierno y del mismo pueblo.

 Así como Donald Trump, ha incitado a grupos políticos, principalmente seguidores de su gobierno a través de las redes sociales y de manera personal, aquí en México, también se hace lo mismo todos los días a través de las famosas mañaneras, cuando el Presidente, opta por descalificar constantemente a los demás gobiernos del pasado y a quienes no están de acuerdo con su pensamiento, tanto que dentro de su mismo gabinete existen contrariedades que poco se difunden, pero que se sabe existen por las malas decisiones que se toman de manera centralista, ya que no deja el mismo mandatario que sus colaboradores tomen sus propios lineamientos para ejercer sus funciones.

 Las conferencias mañaneras no son canales de información sobre lo que se está haciendo en la administración federal, los proyectos que se están ejecutando o las acciones que se realizan para tal o cual beneficio colectivo, o bien dar a conocer verdaderamente el cumplimiento de compromisos con los gobernados, sino son, más que nada, un proceso de convencimiento político que machaca el Presidente todos los días con fines político electorales, más en este momento en que se acercan las elecciones intermedias del mes de junio.

 La misma negativa del Presidente mexicano, de no reconocer la victoria electoral del Presidente electo de Estados Unidos, ante la evidencia de una amplia diferencia de votos, muestra, de la misma manera, el comportamiento similar con la forma de actual del mandatario norteamericano. Todo esto hace pensar en lo que pudiera suceder en las próximas elecciones de junio y principalmente en la sucesión presidencial. No parece que estemos lejos de esta mismo escenario, donde también se agite a los grupos provocadores y seguidores de la cuarta transformación, llegando también a tomar las propias instalaciones del congreso federal.

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PRUDENTE ACLARACION.

 LA EX ALCALDESA DE XALAPA, Elizabeth Morales García, ha salido a declarar que no ha recibido ninguna invitación de Morena, o de cualquier otro partido político para contender en las próximas elecciones del mes de junio.

 Sin embargo, deja la puerta abierta ante cualquier posibilidad de que la tomaran en cuenta, sobre todo, como ya hemos comentado en otras ocasiones, que cuenta con toda la experiencia política, ya que ha pasado por diversos cargos de elección popular y administrativos en otros periodos gubernamentales.

 Lo raro sería que es que decidiera pasarse al partido de enfrente, cuando toda su carrera política la ha realizado dentro del Partido Revolucionario Institucional, así como los puestos públicos que ha tenido, han tenido que ver con gobiernos emanados precisamente del partido tricolor.

 Pero, como ella misma lo ha definido, la política es de circunstancias y por lo tanto, todo indica que la lealtad política queda al margen ante esta consideración, pues ante todo, como también lo remarca en sus declaraciones, hasta cierto punto pertinentes, después de que ha sido mencionada constantemente en los medios de comunicación, lo que siempre ha tratado de hacer es servir a los demás, cuestión que queda bajo el más estricto análisis de la sociedad.

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 LA INSEGURIDAD, OTRA CALAMIDAD.

 LA PRESENCIA DE LA pandemia, quizá no ha permitido que el gobierno del Estado de Veracruz, atienda con la precisión adecuada, el grave problema de la inseguridad, pues ésta es otra de las grandes calamidades que se han presentado en los recientes años y que ningún gobierno ha logrado superar.

 Pareciera que la atención gubernamental se ha centrado, por cierto con malos resultados, en el asunto de la crisis sanitaria, que por lo visto sigue siendo un caos por la cantidad de fallecimientos que se tienen registrados en el Estado, pero muchas veces los casos que se han contabilizado por efectos de la falta o garantía de seguridad para todos los veracruzanos, van más allá de la cuenta que se lleva en relación a las consecuencias de la presencia del virus del Covid-19.

 Aunque se diga que en mucho han disminuido los casos de violencia, de robos, de asesinatos, de secuestros, violaciones, asaltos, amenazas y otros delitos de la misma gravedad, la verdad de las cosas es que es una realidad, y no percepción, de la constante inseguridad que predomina en todos los sectores de la sociedad.

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 Y EL LUNES, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.

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