DESDE el jueves pasado, México, comenzó a vivir una nueva etapa, aunque sea con un pequeño paso, pero con una gran decisión de transitar hacia la normalidad, después de que en los recientes meses, la muerte ha rondado por todos los rincones del territorio nacional y ha secuestrado, prácticamente, a sus habitantes, porque no los ha dejado desenvolverse con la confianza suficiente para realizar sus actividades, manteniéndolos en una especie de prisión domiciliaria.
Efectivamente, por el mes de marzo, los mexicanos, fueron convocados por las autoridades de salud, a guardarse en sus hogares y realizar actividades solamente enmarcadas dentro de lo más indispensable. La noticia que llegaba al país, indicaba que ya se había descubierto la presencia del virus causante del Covid-19, una enfermedad altamente contagiosa que ha venido poniendo en alto riesgo la salud de todos y con muchas posibilidades de perder la vida.
Al principio nadie creyó en esta terrible amenaza, pues hasta el mismo Presidente de la República, se mostró y lamentablemente se sigue mostrando como un ser incrédulo, muy a pesar de tener, en primera mano, los datos de sus más cercanos colaboradores, de que la enfermedad que llegaba a México, era sumamente peligrosa para todos, incluyéndolo a él. Sin embargo, no atendió las recomendaciones y hasta la fecha, como ya hemos comentado, sigue renuente a utilizar el cubre bocas, como un instrumento de defensa ante el posible contagio de esta calamidad.
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Esto dio como resultado que la pandemia fuera creciendo exponencialmente sobre todos los sectores de la población, al grado de que hoy en día, las cifras llegan a los ciento veintidós mil muertos dando cuenta del enorme daño que ha hecho a la población, donde miles de vidas se han perdido y ha dejado a muchas familias en el desamparo, la tristeza y la desolación.
Decíamos al principio, que afortunadamente, desde hace unos días, el mundo está mirando un pequeño rayo de luz, al final del túnel, por lo que en el caso de México, también se experimenta esta sensación de que las cosas pueden mejorarse en breve, cuando la vacuna, que ha llegado a México, aunque sea en pequeñas cantidades, comience a surtir los primeros resultados que consisten en la inmunidad requerida para no contraer el mal. Se ha comenzado a aplicar a los que se encuentran directamente involucrados en la lucha contra este fenómeno inusual de ataque a la salud general de todos, por la aparición de este virus que ha desencadenado muchos problemas en los gobiernos, a las familias y a todos los aspectos de la vida normal del mundo.
Y sucediendo esto en plena navidad y casi año nuevo, hace renacer nuevamente la esperanza de que las cosas mejoren en corto tiempo, considerando que hay prisa por salir de esta terrible fase que también está provocando el desmoronamiento económico del mundo y particularmente de México, donde ya comentábamos en entregas anteriores, una de las mayores consecuencias que se han tenido, ha sido el crecimiento considerable de la pobreza, tanto que solamente un reducido sector de la población podrá decir que vive con dignidad, pues en la mayoría de la gente, hay desconsuelo, hay desesperanza y necesidad creciente de salir adelante para buscar, por sí misma, volver a su propia normalidad.
Del gobierno, ya no se espera nada, más que cumpla con la obligación de proteger a los ciento treinta millones de habitantes, no tanto porque sea una concesión graciosa de su parte, sino una mera responsabilidad que tiene al administrar los recursos nacionales que son, sin duda alguna, propiedad de todos los mexicanos, por igual.
La nueva etapa que se ha comenzado a vivir desde hace unas cuantas horas en todo el país, tiene que ver, como ya lo hemos expuesto, en la confianza que se tiene con la llegada del antídoto, del cual se espera también que tenga los resultados esperados, pues de esa manera, aunque no se logre inmunizar en corto tiempo a todos los mexicanos, sí es una posibilidad de que los riesgos de contagio disminuyan considerablemente al ir avanzando la esperanza de no contraer el mal y de tener, sobre todo, la posibilidad de comenzar un nuevo ciclo de vida con la reanudación de las actividades normales de cada habitante de este México, que todos queremos y que todos estamos obligados a cuidar, pues de eso depende, en gran parte, la estabilidad requerida para convivir, de la misma manera, unos con otros.
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SE CONCRETAN ALIANZAS POLÍTICAS.
POCOS O CASI NADIE, se atrevió a señalar, bajo una concienzuda reflexión política, si las alianzas políticas resultaban positivas o de plano que no eran viables en este momento político del país.
Sin embargo, apenas se informó de que dicha unidad política de los principales partidos políticos, se concretaba, comenzaron a salir diversos comentarios en el sentido de que esta decisión no es tan viable como se espera, sobre todo, porque empezaron a notar que entre el PRI y el PAN, por ejemplo, siempre ha sido agua y aceite y que por lo tanto, no podrían salir adelante en este propósito político que tiene, sin duda alguna, fines políticos de gran importancia en al defensa del pueblo mexicano.
Y decimos que estas acciones se constituyen como defensa del pueblo mexicano, porque es él precisamente el destinatario de una nueva versión de la administración de este gobierno. Es necesario, como se ha dicho siempre, que dentro de las actividades legislativas, se muestren también las posibilidades de un prudente e inteligente proceso de equilibrio.
De ahí que no hay mucha razón en quienes se han dedicado en los recientes días a criticar duramente esta conjunción de actividades políticas, considerando que el objetivo es detener o cuando menos hacer frente a un desesperado y ambicioso ejercicio del poder.
Las alianzas buscarán, en este primer intento del trabajo político conjunto, resolver un problema generado por una mayoría legislativa que no ha logrado asimilar la importancia que tiene, sino al contrario, sabiéndose apoyados por la superioridad, han permitido que el gobierno maneje las cosas a su antojo.
El pueblo sabio, ya lo resiente.
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HABLANDO DE ALIANZAS.
HAY QUIENES aseguran en este momento, que a muchos políticos de los partidos que han entrado en esta componenda de unidad política, no les cayó bien la cena de navidad, si es que la tuvieron, porque este proyecto, sin duda, tendrá sus modificaciones en cada decisión interna que se tome en relación a quienes serán elegidos para encabezar las propuestas de la coalición.
Habrá, como se sabe, muchos sacrificios políticos, por lo que muchos que pensaban que serían nominados por sus respectivas organizaciones políticas, se tendrán que someter a la disciplina partidaria, toda vez, que muchos espacios tendrán que cederse en este proceso selectivo.
Todos los partidos se reparten el pastel de las diversas posiciones políticas que buscarán en las elecciones próximas del mes de junio del año que viene, pero como tienen que ir en alianza, las oportunidades políticas se reducen para muchos que ya se veían como candidatos de sus partidos.
No será de esta manera y hasta las propuestas tendrán que analizarse, porque no es el solo hecho de ceder espacios, sino de tener a los mejores hombres y mujeres que pudieran garantizar los éxitos electorales.
En esto, los partidos políticos tendrán que tener mucho cuidado.
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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.
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