Pero en fin, a lo que quiero ir y no he llegado por tantas vueltas que le doy al asunto, es a que todos los mexicanos deberemos ir a sufragar el próximo 6 de junio. Es un derecho legal y es una responsabilidad ética (don Guillermo...) que debemos ejercer está vez más que nunca, por todo lo que está en juego.
Porque no iremos a las urnas solamente a elegir el mayor número de puestos de la historia, casi 26 mil, sino que decidiremos qué futuro mediato o inmediato queremos para el país.
Me explico: si los votantes le dan la mayoría al partido oficial en el Congreso federal y los locales que estarán en disputa, el presidente López Obrador tendrá las armas para reformar la Constitución y las leyes que de ella emanan, y así consolidará las reformas de su Cuarta Transformación.
Se irá de bajadita hasta que termine el sexenio... o más.
En caso contrario, el Congreso de la Unión será un contrapeso para atemperar los cambios estructurales que trae entre manos el lopezobradorismo, y que tanta polémica han causado en el país.
Polémica y pleitos.
La democracia pura contempla el equilibrio de los tres poderes como la mejor forma de gobierno, pues considera que el absolutismo orilla a la dictadura.
Un presidente que controla el Congreso y al Poder Judicial cae en le tentación permanente de ejercer su mandato a base de ocurrencias y no pensando en lo que le conviene al país. La concordancia de todos los sectores d la sociedad es lo que hace un gobierno justo e incluyente.
¿Entiende usted, entones, por qué es tan importante que el domingo vaya y vote?
Ahí nos vemos.
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