No por nada hubo más de 80 aspirantes asesinados, la mayoría provenientes de partidos de la oposición. Sólo consigno el dato.
A los sospechosistas que nunca faltan se les hace extraño y hasta estrambótico que un gobierno con tan pésimos resultados como el de Cuitláhuac García haya obtenido la copiosa votación que le garantizó la mayoría absoluta en la Legislatura estatal y en el número de alcaldías.
Como que tantas victorias no se conllevan con la percepción ciudadana de que el Gobernador de Veracruz, el Góber Cuitla, no es un funcionario eficiente.
Resulta difícil creer que alguien que se expresa tan mal en público, que lo hace tan lastimosamente, ejerza un liderazgo digno de un Winston Churchill, de un Barack Obama.
Y es que los prohombres, los estadistas, hablan y se comportan como prohombres, como estadistas, dijera Perogrullo.
Recuerdo un pasaje del Cantar de mío Cid (1200 d.C.), cuando el cantor se queja de una infamia más que hizo el rey Alfonso VI en contra de su más leal caballero, don Rodrigo Díaz del Vivar, el Cid Campeador:
"¡Dios, qué buen vasallo!
“Si hubiese buen señor..."
Esa envidia malsana y turbulenta del gobernante estulto en contra de su gobernado fiel y capaz, bien podría aplicar para cualquier veracruzano ante su autoridad.
¿Y así votaron por él?
Es sospechoso, no cabe duda…
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