NO ES uno, sino muchos analistas políticos que aseveran en sus diversos comentarios vertidos casi permanentemente, que el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, mantiene su popularidad, en gran porcentaje, pese a la no muy acertada conducción del gobierno, que el pueblo mismo puso en sus manos y bajo su responsabilidad, en aquella elección del dos mil dieciocho que todavía se sigue considerando histórica por los resultados que se dieron a favor del ahora mandatario  nacional.

Sin embargo, parece que pasa desapercibida la constante manifestación de gran parte de los gobernados, en el sentido de reclamar, a cada momento y en cada gira que hace el Presidente, por todo el país, la solución a sus diversos problemas que plantea o quiere plantear directamente al Jefe del Poder Ejecutivo de la nación.

Más se ha agravado la situación con el hecho de que el mandatario ya no tiene mucha voluntad política para hacer caso a las demandas del pueblo mexicano, buscando siempre, pretextos de toda clase para no entrar en contacto directo con quienes le buscan, pues él mismo sabe que no podría controlar la furia que comienza por ser una constante en cada gira de trabajo, la que se pone en evidencia, luego de que muchas veces el gobernante evita todos estos encuentros y prefiere salirse, ahora sí por la tangente.

De todo esto se vislumbra el nacimiento de una mayor inconformidad, pues casi exactamente a la mitad del camino, es cuando el Presidente, ya no quiere saber nada de nadie y se concentra, como siempre lo ha hecho, en preparar su mañanera, donde solo puede decir y hacer lo  que quiera, haciendo uso del poder que le han conferido, pero sin que nadie, prácticamente, le pueda molestar ni pedir cuentas, ya que en Palacio Nacional, solo entran los que deban entrar, porque esa es la instrucción presidencial.

Uno se pregunta, como se preguntan muchos más, ¿Será verdad que el Presidente de la República, sigue conservando esa popularidad, es decir, es una realidad, o simplemente se trata de una mera percepción de quienes escriben y comentan cotidianamente la fuerza política y el convencimiento popular que describen?.

Mucho se verá en poco tiempo, relacionado con este hecho, porque a estas alturas el Presidente, así como su sistema de gobierno, basado en una verdadera transformación, parece que ha perdido mucho de aquello que ganó legítimamente.

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LAS CARTAS FUERTES DE LA SUCESIÓN.

SUENAN LOS TAMBORES de la rebelión política y se afirma que en poco tiempo, quizá después de que se complete la mitad de esta administración federal, comiencen a aparecer las verdaderas cartas fuertes que buscarán suceder al Presidente de la República.

Dicen los que saben, que el solo hecho de que el Presidente de la República, deje que sigan pensando que Claudia Sheinbaum, es su candidata a sucederlo, es un indicio de que algo quiere ocultar, pues no se expondría a que la oposición tomara ventaja al darle a conocer, con tanto tiempo de anticipación, a quien podría apoyar en la sucesión del dos mi veinticuatro.

Pero, fuera de todas estas consideraciones, también el Presidente, está pendiente de lo que pueda suceder con su propia gente, ya que teme que algunos se rebelen durante el camino que falta por transcurrir para que llegue la hora de la verdad. Entre ellos podrían apuntarse, sin duda alguna, el mismo Secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, así como Ricardo Monreal, quien dirige los destinos del Senado, y quien ha dicho que su nombre aparecerá en las boletas electorales.

Cuanto de todo esto tendrá que suceder, porque hay que pensar también que en Gobernación, el Presidente, tiene una carta indiscutible de su preferencia, reforzada con la posibilidad de que pueda ser un verdadero candidato que aglutine, definitivamente, a las fuerzas políticas de Morena.

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Y EN VERACRUZ, ¿QUÉ PAPEL JUEGA GUTIERREZ LUNA?

ALGUIEN, DESDE LUEGO, con la fuerza política suficiente, debió decirle al ahora Presidente de la mesa directiva de la Cámara de Diputados Federal, que se preparara para lo que viene en Veracruz.

No por nada, apenas fue puesto en escenario nacional, comenzó a pasearse por tierras veracruzanas, donde ha afirmado que no tiene interés político en la entidad veracruzana, por lo que todo mundo se pregunta ¿Y entonces a qué vino tan precipitado a presidir reuniones con representantes políticos y sociales, si su principal labor se encuentra en la diputación federal, donde se le requiere casi las veinticuatro horas de su tiempo?.

No, Gutiérrez Luna, vino a medirle el agua a los tamales, enviado por quien ya saben, para buscar controlar la situación y equilibrar las pasiones políticas, que han comenzado a desbordar.

Ya se verá, también, lo que sucede, porque mucho ya se ha comentado que Rocío Nahle, no tiene mucho a su favor, salvo el solitario voto del gobernador.

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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.

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