DE ACUERDO a como van surgiendo las cosas, existe la duda sobre quién, finalmente, será el candidato de Morena, a la Presidencia de la República, un tema que mucho se ha comentado, luego de que el Presidente de la República, alborotó el gallinero de su propia administración, ya que entre la oposición no hay espantados por esta situación y al contrario, lo están tomando como una situación normal, conociendo la forma de proceder del mandatario nacional.

En este contexto, los analistas políticos, se han visto apurados en su quehacer, pues tratan por muchas formas de establecer una sola ruta política que fijan, precisamente, en quien gobierna la ciudad de México, incluso sobre el mismo Secretario de Relaciones Exteriores, del país, es decir Marcelo Ebrard, cercano al Presidente.

La distracción fue manejada exitosamente por el Presidente López Obrador, con la finalidad de no entorpecer sus verdaderos planes. La llegada del ex Gobernador de Tabasco, Adán Augusto López Hernández, a la Secretaría de Gobernación, indica que los caminos de la posible solución al caso de la candidatura, pudiera estar precisamente en este punto. Se dice que la estrategia ya es conocida por los mismos precandidatos, Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard, pues ambos están conscientes de que se ve muy difícil que alguno de los dos pudiera ganar las elecciones.

Se sabe que el Presidente de la República, pudo haber expuesto lo anterior, porque conoce cuáles son las circunstancias que imperan a nivel nacional, luego de un previo estudio nacional que, supuestamente, fue encargado por la misma Presidencia de la República, por lo que el mismo López Obrador, tiene el pulso de lo que ahora está sucediendo y de lo que se espera suceda en el futuro, que por cierto, ya no está lejos, considerando el asunto de que se trata, donde con tiempo se tienen que seguir acciones que aseguren nuevo triunfo electoral de su partido.

Bajo estas consideraciones, se comienzan a establecer nuevos indicios de que el Presidente, finalmente, se decidirá por el más calificado, cuyo perfil pudiera ser más aceptado por los mexicanos, lo que parece que no cumplen los más mencionados para este caso, es decir, Claudia Sheinbaum, y el mismo carnal Marcelo. Ambos están cerca de su corazón político, pero no cuentan con las condiciones requeridas.

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MARCELO, QUEDÓ FUERA.

EL MISMO PRESIDENTE de la República, quiso calar una vez más a su Secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, encargándole la pasada organización de la reunión de la Comunidad de países latinoamericanos y del Caribe, donde se suponía que los Presidentes de varios países integrantes de este organismo, previamente cabildeados, se sumarían, primero, a la petición hecha a los Estados Unidos, para procurar la terminación del embargo a la Isla de Cuba, después tratar el asunto de las Naciones Unidas, con la pretensión del mismo López Obrador, de generar un consenso para su desaparición, creando, al mismo tiempo, un nuevo organismo que pudiera ser encabezado por él mismo. Sin embargo, todo parece que se salió de control, con la presencia del Presidente de Venezuela, quien, supuestamente no estaba contemplado para que asistiera a la cumbre política y quien vino a descomponer lo que ya se había planeado.

Aunque la responsabilidad no fue total de Marcelo Ebrard, para el Presidente de la República, es un hecho que no pudo resolver, convirtiendo a este encuentro latinoamericano y del Caribe, en un mero fracaso ante la vista internacional.

De esta manera, Marcelo Ebrard, queda fuera de la contienda por la candidatura a la Presidencia de México, donde López Obrador, se lo quita de encima. Ya veremos qué pasa con Claudia Sheinbaum, a quien, seguramente, el Presidente, ya le dijo que no será la que llegue, puesto que todo ya está planeado para un personaje que ya toma decisiones importantes, aún cuando López Obrador, siempre haya querido concentrar todo el poder en su sola persona.

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LA OPOSICIÓN, TRANQUILA.

LOS ADELANTADOS ACONTECIMIENTOS sobre la sucesión presidencial, se ha considerado como una estrategia del propio Presidente de la República, para medirle el agua a los tamales en los momentos más álgidos de su gobierno. Estando a la mitad del camino, López Obrador, intenta enviar los primeros mensajes a la oposición, tratando de tantearla y esperando que ésta reaccionara casi en el mismo sentido. No fue así, porque la oposición se mantiene muy tranquila, tanto que hasta llega, para algunos, a desesperar, sobre todo, porque están viendo todo lo que está sucediendo en este tema.

Pero si algo tiene precisamente la oposición, es que actúa con cierta experiencia política, sabiendo de antemano que no son los tiempos y que esta nueva estrategia presidencial, les favorece, primero, porque van conociendo el camino que busca seguir López Obrador, y segundo porque les permite medir las circunstancias cautelosamente, lo que les será útil para poder designar un buen candidato que supere a cualquiera de los que ya se han mencionado por Morena.

Todas las acciones llevan a un fin, y éste parece estar buscando que la oposición se desespere. Hasta ahora, todo parece indicar que no han mordido el anzuelo.

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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.

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