AHORA que se habla permanentemente de precandidatos a la Presidencia de la República, se incluye, necesariamente a Ricardo Monreal Ávila, aunque el Presidente, aparentemente, lo haya descartado por cuanto corresponde a los hombres y mujeres en los cuales podría estar pensando el mismo mandatario nacional, como cartas de la baraja política que tendría en sus manos para decidir, en cierta forma, sobre quién podrá ser su sucesor.
Durante su vida política, a Monreal, se le ubica como una persona cercana al Presidente, aunque, a decir verdad, el ex Gobernador de Zacatecas, y ahora Presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República, no resulta ser un moreno puro, es decir, su formación política no es exactamente la de un integrante o militante de Morena, aunque sí ha caminado junto a López Obrador, en este formato gubernamental que seguramente no cuajará en lo sucesivo, en virtud de que el sucesor no seguirá al pie de la letra, los dictados de la cuarta transformación, menos si Monreal, resulta ser el candidato y posteriormente el nuevo Presidente, que pudiera emanar de esta organización política.
Ricardo Monreal Ávila, es un político incluyente y más ahora que se ha visto descartado, prácticamente, por quien, supuestamente, manda a nivel nacional. Monreal, sabe perfectamente bien que si quiere ser candidato para buscar la Presidencia de la República, tiene que ganarse, tanto a la gente de Morena, como a buena parte de la oposición, es decir, que de ganar, su gobierno estaría integrado por casi todas las fuerzas políticas, porque eso es lo que quiere, ganar para trascender y olvidarse de lo que quiere López Obrador, cuyo proyecto político está lejos de que se concrete, porque no tiene bases debidamente fortalecidas, sino que es, más bien, un proyecto personal del Presidente, cuyos ideales tampoco están plenamente definidos, al grado de que un día parece ser demócrata y otro parece caer en el campo de la dictadura.
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Ninguno de los precandidatos de López Obrador, entiende exactamente lo que quiere el Presidente, menos que pudieran, en determinado momento, concretar estas aspiraciones políticas del mismo. Monreal, tampoco entiende nada y menos ahora que ya no se siente con el compromiso de seguir los lineamientos que se dictan desde Palacio Nacional.
Ricardo Monreal Ávila, es un político que busca llegar a la Presidencia de la República, como una aspiración legítima, donde tratará de gobernar con su propio sello, utilizando lo bueno del proyecto de Morena, o del Presidente, y hurgando de la misma manera, entre los proyectos que se han establecido en otros partidos políticos. De ahí que Monreal, buscaría a la oposición, aún cuando fuera candidato de Morena, para poder concretar su propio gobierno. La misma oposición tampoco lo rechazaría, porque en principio, tal y como ya lo comentamos, se trata de un político que muestra no ser completamente moreno, sino que tiene sus propios proyectos y argumentos políticos para salir adelante.
¿A quién de los morenos les interesa, en principio, seguir los pasos de López Obrador, cuando de sobra saben que hay mucha inconformidad entre los gobernados, debido a que su cuarta transformación, no cumple verdaderamente con los ideales de un verdadero proyecto de gobierno, más cuando también saben que terminando este gobierno, se le vendrá el mundo encima, tanto a López obrador, como a su mismo partido político?.
Por todo esto, si la oposición no encuentra pronto a un buen candidato, una cara nueva, con un mejor posicionamiento político a nivel nacional, téngalo por seguro, amigo lector, que volverá la cada hacia Monreal, quien desde ahora está consciente de este posible hecho. El Presidente, no se dude, también, seguramente, lo está pensando.
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LO QUE CONVENDRÍA A CUITLÁHUAC GARCÍA JIMÉNEZ.
PRACTICAMENTE, EL GOBIERNO de Veracruz, está llegando a la mitad de su camino. No hay nada relevante que pueda mantener la confianza del electorado que lo llevó al poder durante las elecciones del dos mil dieciocho.
No es culpa, indudablemente, de quien manda en Veracruz. Él solo no puede estar en todos lados, porque siempre es conveniente que sus gestiones tengan el respaldo de todo su equipo de gobierno. Pero no, quienes fueron nombrados en el gabinete estatal para acompañarlo en este proceso de cambio, no han sabido responder, eficazmente, a los propósitos gubernamentales que son de su mera responsabilidad.
Por lo tanto, sería conveniente que Cuitláhuac García Jiménez, el gobernador de tan importante estado como es Veracruz, procediera a los cambios que se requieren, porque de no hacerlo, estaría condenado a terminar, como ahora, sin ningún proyecto que avale su gobierno, generando el mayor desencanto político en la entidad.
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RIVEROS HERNÁNDEZ, UN BUEN POLICÍA.
NO TODOS, SIN DUDA ALGUNA, le han fallado al gobernador de Veracruz. Existe un personaje inquieto, trabajador, honesto y sobre todo responsable de sus propias acciones. Se trata de Héctor Manuel Riveros Hernández, un hombre seriamente comprometido con su trabajo, leal, dedicado a lo que sabe y cumpliendo, eso sí, al pie de la letra con quien le ha encomendado la titularidad del Instituto de la Policía Auxiliar y Protección Patrimonial para el Estado de Veracruz. Riveros Hernández, es un buen policía, pero sobre todo, un extraordinario ser humano.
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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede. |