Ahora si tenemos muchos temas qué comentar: la boda de Santiago Nieto, la participación de AMLO en el Consejo de Seguridad de la ONU, la aprobación del Presupuesto de Egresos para el 2022, la inconformidad del INE por el recorte a su presupuesto y muchas otras más; pero hoy solo hablaremos del afán Presidencial por destruir a las ONGs, al negarles la posibilidad de que los donativos que reciben sean deducibles de impuestos para sus respectivos benefactores.
Veamos, hace algunos años tenía yo la percepción de que la verdadera filantropía no debería deducirse de los impuestos pues era tanto como “saludar con sombrero ajeno”, sin embargo cuando empecé a darme cuenta de la encomiable labor que se realiza en beneficio de la población por la vía de las ONGs, en materia de salud, de alimentación, de investigación, de promoción de la cultura y del turismo, de impulso a los emprendedores, artistas y artesanos y muchas otras que, siendo importantes e incluso prioritarias, el Gobierno no atiende, mi percepción al respecto ha cambiado y ahora considero que el financiamiento de estos organismos como el Teletón, la Fundación Carlos Slim y la Cruz Roja Mexicana, por citar solo algunos, que cubren una importante función social en apoyo a los más desprotegidos, está plenamente justificada en el marco de la solidaridad social propia de los mexicanos ya que en ese contexto yo prefiero ver mis aportaciones fiscales canalizadas a satisfacer estas necesidades antes que ver como son derrochados en proyectos innecesarios y costosísimos para el erario o, en el peor de los casos, tal como estamos viendo, vayan a parar a los bolsillos de funcionarios sin escrúpulos que se lo roban impunemente, vamos, el argumento de que atender a la población marginada es una función del gobierno y por ello no se justifica que las ONGs. la realicen con el dinero que debiera entrar en las arcas del estado, sería sostenible si viéramos que el gobierno atiende todas las necesidades de la población respondiendo a las emergencias de forma más eficiente que la Cruz Roja, por ejemplo.
Cuando vemos que el Seguro Popular fue desaparecido sin establecer un mecanismo eficiente que lo sustituyera, nada nos puede hacer pensar que al desaparecer a las ONGs, haciéndolas morir por inanición como pretende el gobierno, estas serán sustituidas por órganos del gobierno que cumplan eficazmente esa función, no podemos más que decir: este gobierno “ni picha, ni cacha, ni deja batear” ah pero eso si, quiere controlar hasta la filantropía, incluso la internacional. ¡¡QUE OSO!! |