El caso de José Manuel Del Río Virgen tiene molesto al Presidente López Obrador, más aún cuando ha evidenciado las profundas diferencias entre el gobernador en Veracruz, y su entrañable titular de la CNDH, Rosario Piedra.
e un principio), la instrucción de AMLO respecto a no complicar (más allá de lo políticamente necesario), las cosas en el caso del amigo de Ricardo Monreal. El desatino del gobernador polarizó más las distancias entre los dos grupos morenistas, asunto que el presidente no quería que ocurriera.
Derivado de lo acontecido, AMLO decidió dejar de respaldar a García Jiménez en el caso de Del Río Virgen, y a su vez, permitir que la CNDH le señale lo que crea conveniente, “que sean ellos quienes transiten sus temas, y que sea Cuitláhuac el que lidie con la Comisión”, hizo saber a su secretario de gobernación, Adán Augusto López.
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AMLO solicitó no hacer fáciles las cosas para Monreal en Veracruz, más aún después de aprovechar (según el presidente), el delito de ultrajes a la autoridad para ganar presencia mediática con miras hacia el 2024. “Por ello, López Obrador pidió a Claudia Sheinbaum que respaldara a Cuitláhuac, pero el gobernador ha ido muy lejos”, me dicen en Palacio Nacional.
Rosario Piedra y AMLO ya charlaron sobre el tema de Del Río Virgen, y la conclusión posterior a la conversación fue clara: el gobernador tenía luz verde, pero se excedió en ella, de ahí que la CNDH (con ayuda del Gobierno Federal), buscará poco a poco “corregirle la página”.
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