Si bien los discursos políticos de los líderes nacionales del PRI, PAN y de Movimiento Ciudadano son duros y hasta cierto punto agresivos en contra del gobierno de la 4T y en especial contra el presidente Andrés Manuel López Obrador, abajo, entre las tropas, no necesariamente piensan igual, pues varios gobernadores ya han puesto sus capitales políticos en la consolidación de la 4T.
Los casos ya son muchos, pero hay quienes aún no se dan cuenta que MORENA, al nutrirse de esos poderosos caciques políticos regionales, aumenta su poderío político en el país.
Así, gracias el trabajo político realizado por AMLO, varios estados en manos de la oposición como Oaxaca e Hidalgo están a punto de pintarse de guinda junto con otros estados que estarán próximamente en disputa electoral.
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Las encuestas ya reflejan el cambio de color en varios estados, pero principalmente en Oaxaca e Hidalgo, tradicionalmente priístas.
En estas dos entidades federativas, en las que durante años tronaron solo los chicharrones de dinastías políticas post revolucionarias, hoy están a punto de ceder ‘por las buenas’ y en paz, sus plazas con el fin de conservar lo acumulado y de que se libre a sus familiares en activo político de la cárcel bajo el amparo de MORENA, la nueva fuerza política dominante en el país.
Son los casos de los Lugo Guerrero, los Lugo Verduzco, los Osorio Chong, los Murillo Karam, los Rojo Gómez en Hidalgo y en Oaxaca, los Díaz, los Ruiz Ortiz, los Carrascos Altamiranos, los Ramírez López, los Vázquez Colmenares, los Bravo Ahuja y otros tantos.
Familias que al paso del tiempo lograron organizar al amparo de su poder regional cerrados, sistemas cuasimonárquicos, los que en algunos casos degeneraron en viles y poderosas mafias políticas, pero que hoy, por conveniencia pura y ante el avasallante nuevo poder de las masas populares, se repliegan y ceden en paz la plaza por el bien de sus intereses y capitales acumulados.
El tema es que muchos más retoños priistas y panistas se encuentran en la antesala de engrosar las filas de MORENA, trayendo entre sus manos -a título de ofrendas- sus capitales políticos para llevar al poder a los representantes de ese partido como se sabe sucede con los actuales casi exgobernadores de Oaxaca e Hidalgo, Alejandro Murat y Omar Fayad, respectivamente.
Lo anterior, siendo tan obvio desde hace un par de años, este fin de semana fue observado en crónicas y columnas políticas que dieron cuenta de esa convivencia fraternal del gobernador de Oaxaca Alejandro Murat en un recorrido por la que será la séptima refinería petrolera en el país, acompañado y del brazo de Rocío Nahle, Claudia Sheinbaum, Carlos Manuel Merino Campos y Layda Sansores, titulares de la SENER, la jefa de gobierno de la CDMX y los gobernadores de Tabasco y Campeche, respectivamente.
Pero eso no es todo, además de los exgobernadores priistas y panistas ya incorporados al servicio exterior mexicano y de que Alejandro Murat y Omar Fayad ya les han corrido las amonestaciones para su próximo matrimonio político con MORENA, gobernadores panistas como Mauricio Kuri de Querétaro, y Mauricio Vila en Yucatán, ya han buscado puentes con AMLO para hacer lo mismo cuando terminen sus gestiones.
Pero AMLO no para, pues ya les puso el ojo a otros dos gobernadores, a los dos más fuertes pilares de Movimiento Ciudadano Samuel García de Nuevo León y a Enrique Alfaro de Jalisco, a quienes cada vez que puede apapacha con cientos de millones de pesos para sacar adelante sus proyectos prioritarios y habla muy bien de ellos.
Es decir, ¿Cuánto falta para que MORENA enguya todos los cacicazgos políticos regionales y gobierne como antes lo hacía el PRI en todo el país?
Por algo he adelantado que MORENA es en sí, la reencarnación del PRI.
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