José Manuel es un hombre de Dios que ha sabido interpretar y actuar la vocación social del Evangelio. Siempre cercano a la gente, ha imprimido a su función de comunicador y de sacerdote una línea de orientación que elude inteligentemente los excesos en que llegó a caer la Teología de la Liberación y sin embargo se maneja dentro de los cauces de la participación efectiva en los asuntos comunitarios más importantes.
Con el padre Suazo Reyes, los fieles de la Arquidiócesis de Xalapa, la más grande de Veracruz, pudieron sentir una Iglesia preocupada y activa ante los problemas cada vez más profundos que enfrentamos como conglomerado.
Desde el semanario Alégrate -al que don José Manuel convirtió en un medio de comunicación con amplia influencia, gran difusión y mucho interés entre los lectores-, la grey fue teniendo información vigente, relevante y objetiva sobre problemas mundanos que nos aquejan en estos tiempos, como la inseguridad, la falta de solidaridad, la dispersión familiar, la falta de valores, pero también sobre la democracia electoral, la inseguridad, las fallas de la justicia oficial.
Monseñor Jorge Carlos Patrón Wong tomó en diciembre pasado la decisión de nombrar al padre Juan Beristáin de los Santos porque consideró que el padre Suazo había cumplido un ciclo. Cierto, con una actuación valiosa, pero que necesitaba dirigir su vocación hacia otros temas importantes dentro del espíritu de la religión.
Por eso los afortunados peroteños recibieron desde enero pasado la buena nueva que les trae su flamante párroco, quien en las escasas semanas que lleva con ellos ya ha hecho sentir su presencia y su voluntad de servicio permanente en bien de su comunidad, tanto en lo material como en lo espiritual.
Bienvenido don José Manuel Suazo Reyes a Perote, una tierra que ha dado otras bendiciones y que hoy recibe la de un hombre de Dios, comprometido en cuerpo y alma.
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