No se pone en entredicho que lleven buena relación y que, incluso, en caso de que Sheinbaum se agencie la candidatura y una posterior victoria, García Jiménez pudiera recalar en algún buen cargo federal, pero lo anterior no significa (en lo absoluto) que el gobernador consentido de AMLO sea considerado como coordinador de campaña.
De hecho, la instrucción de tener cuidado con la imagen de Cuitláhuac García también se comunicó a Adán Augusto López y Marcelo Ebrard, quienes no tuvieron empacho en aceptarlo, pues ninguno de los dos observa con buenos ojos al ingeniero.
Se me informó que tanto Mario Delgado, dirigente nacional de Morena, como Horacio Duarte, coordinador de la campaña de Delfina Gómez, se disgustaron mucho ante la escasa prudencia mostrada por los enviados de Veracruz a Edomex para apoyar en tareas de campaña.
En resumen: no hay tal intención por colocar a Cuitláhuac García como responsable de la campaña de Sheinbaum, lo cual no pone en duda su amistad o buena relación. Aunado a esto, se sigue considerando nociva (en términos electorales), la imagen del gobernador de Veracruz para cualquiera de las corcholatas.
Como dato relevante, se me hizo saber que el gobernador de Veracruz no es considerado (ni remotamente) como alternativa para llevar las riendas nacionales de Morena, y fue AMLO el encargado de descartarlo; “sería como darse un balazo en el pie”, afirmaron.
Veremos qué pasa y si las cosas, por alguna causa extraña, cambian.
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