Es en verdad preocupante el bajo nivel que han venido exhibiendo los textos que se han publicado los últimos días en las redes, atribuidos al gobernador Cuitláhuac García Jiménez.
El poderío y la historia de Veracruz no se pueden permitir que quien representa a nuestras instituciones cometa yerros sintácticos y ortográficos como si fuera un analfabeto o una persona con una instrucción muy deficiente. Cuitláhuac se ostenta como un ingeniero egresado de nuestra máxima casa de estudios, la Universidad Veracruzana, e incluso afirma que ha sido catedrático en sus aulas.
El título que tiene el mandatario debería ser -a menos que sea fraudulento u obtenido a través de un plagio- garantía de que posee las capacidades necesarias para hablar y escribir con toda corrección cuando menos en nuestro idioma, el castellano, además de las habilidades propias de la carrera que estudió, que es una ingeniería mecánica.
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En todo caso, la dignidad de nuestro estado exige que los discursos y los documentos oficiales que se hacen públicos, emanados del Gobierno del Estado, sean sancionados en su contenido por expertos en la materia de que se ocupan, y en su forma por lingüistas que revisen concienzudamente la corrección gramatical.
Si no hubiera recursos para contratar a profesionales en cada ramo, seguramente muchos especialistas estarían dispuestos a ofrecer gratuitamente sus servicios, con tal de que no se sigan cometiendo tantas barbaridades, que tienen convertido al estado en un hazmerreir de nuestros otros connacionales.
El pasado lunes, el Gobernador de Veracruz publicó una carta abierta que fue motivo de burlas por su bajísima calidad redaccional. Entre tantas perlas que contenía, fue dirigida “A la opinión pública de la gente”, como si los animales y algunos entes esotéricos pudieran opinar.
La página de Facebook de Cuitláhuac García, que por cierto últimamente ha tenido una gran actividad, semeja un muestrario de errores idiomáticos que en verdad han mancillado el orgullo estatal. Nosotros los veracruzanos, que somos tan regionalistas y tan orgullosos de nuestra calidad como seres humanos distinguidos, nos hemos sentido muy avergonzados por las pifias del ineficaz mandatario. Los sinsentidos que comete el ingeniero García han levantado una molestia generalizada entre los ciudadanos de esta tierra otrora orgullosa, de la que han salido mentes preclaras como la del poeta inmortal Salvador Díaz Mirón, la de don Jesús Reyes Heroles y la de don Guillermo Ortiz Mayagoitia.
Señor Gobernador, como lingüista y escritor, desde este espacio me ofrezco a revisar acuciosamente los textos que se vayan a hacer públicos de parte de su Gobierno. Estoy a sus órdenes, para rescatar la dignidad de Veracruz, cuando menos en este terreno. Y lo haría de gratis, para que no me vayan a salir con que cobro más que el Presidente.
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