Se ha revelado abundante información sobre el tema: que la jueza sólo acató una resolución de amparo donde un juez federal fue quien ordenó nulificar la vinculación a proceso; que la jueza fue citada por la presidenta del Tribunal para ser regañada; que intentaron acusarla de agredir a los policías que la detuvieron.
Este miércoles fue liberada porque la Fiscalía no pudo allegarse elementos para justificar la prisión preventiva, pero ella, la víctima, asegura haber sido sometida a torturas en el cuartel de San José. Sin embargo, la Fiscalía insiste en que la investigación no ha concluido y que seguirá intentando acreditar presuntos delitos.
El asunto no ha quedado ahí. Ahora está dándose a conocer un citatorio que le dejaron a la jueza en su casa para una diligencia donde el Consejo de la Judicatura le notificará de un procedimiento administrativo sancionador en su contra. La idea es seguir mortificándola o francamente afectarla, quizá destituirla.
La presidenta del Tribunal parece no tener la menor prudencia. Se vuelve cómplice en un atropello y persiste en hacer más grande y prolongado el escándalo armado por el gobernador en su infinita torpeza, que antes del tema de la jueza exacerbó el repudio público al encarcelar a Viridiana Bretón, la ex alcaldesa de Ixhuatlán del Café y a líderes cafetaleros mediante procesos amañados. (Vale decir que Viridiana fue uno de los 2 alcaldes que resultaron sin daño patrimonial durante su gestión).
Sin tanta retórica, imagine usted, paisano que, si esto le hace la 4T a una mujer, que además es experta en leyes y procedimientos, que sólo acató una orden jurisdiccional porque de no hacerlo ella se hubiera convertido en delincuente… ¿qué le espera a cualquier hijo de vecina, en este régimen de miseria?
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