Bueno, aquel encuentro tuvo lugar en el restaurante El Mayor, que está situado en la esquina de República de Argentina y Justo Sierra -antes Donceles- en la terraza de la Librería Porrúa del Centro Histórico. Se convocó dizque para celebrar el triunfo de Delfina Gómez en el Estado de México y no fue más que un pretexto para que Andrés Manuel López Obrador tirara la línea que todos, obedientemente, siguieron este domingo en la asamblea “democrática” que reunió a los 300 consejeros nacionales del partido oficial.
Para sorpresa de la lógica elemental, todos los consejeros -que se asumen como luchadores sociales, como personas de la izquierda más atinada del país, como libres de pensamiento y de acción-, sí, los 300, pensaron y llegaron convencidos de las mismas ideas que había propuesto el Mesías en su cartita a los reyes magos del morenismo. Así como en un acto de magia, lo que determinó “libremente” el Consejo Nacional fue exactamente lo que había propuesto el líder moral, que de esta manera demostró no su poder, sino su clarividencia para pensar igual que todos militantes más reconocidos del partido.
¿En qué quedó la cosa? Primero, en que se hará una encuesta del partido, como ha sido antes, pero esta vez cuatro casas encuestadoras elegidas por los aspirantes harán también encuestas espejo para certificar el resultado de la medición oficial.
Y también se acordó que hoy mismo es el Registro de candidatos y entrega de propuestas y compromisos por escrito.
Que el 16 de junio deben haber renunciado a sus cargos públicos todos los aspirantes, las corcholatas pues.
Que del 19 de junio al 27 de agosto harán sendas giras por el territorio nacional con el fin de promoverse para la encuesta interna.
Que del 28 de junio al 3 de septiembre se irán haciendo las encuestas internas del partido y las encuestas espejo.
Y que el 6 de septiembre se revelará quién ganó y será nombrado candidato o candidata.
Y vio AMLO todo lo que había hecho y [pensó que] era muy bueno…
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