¿Por qué ese cambio abrupto? Por una razón diáfana que quieren ocultar desde la 4T: ahora, el banco obradorista recibirá completos los 318,422 millones 995,200 pesos que se depositan cada año para pagar las pensiones. Antes, otros 13 bancos recibían una parte proporcional de esa enorme cantidad -que de todos modos suponían muchos miles de millones de pesos- y la ponían a sudar en su beneficio.
Y es que resulta que la administración federal cada día tiene mayores problemas para conseguir los recursos directos que se entregan cada dos meses. Ya se gastó todo el dinero de los fideicomisos que fueron desaparecidos, las reservas federales, los fondos para desastres y las devoluciones por los subejercicios de los gobiernos morenistas estatales y municipales.
Los expertos -entre ellos don Carlos Urzúa Macías, que fue el primer Secretario de Hacienda que le renunció a AMLO cuando vio cómo venían las cosas- opinan que los programas de Bienestar se están comiendo los presupuestos. Y los pocos recursos que sobran son dilapidados en las obras insignia de la 4T: el Tren Maya, la refinería de Dos Bocas, el Aeropuerto Felipe Ángeles, el Corredor Transístmico. Prevén que apenas alcanzarán a pagar hasta el mes de mayo de 2024, que es la meta para mantener la masa electoral que recibe esos beneficios. Muchos opinan que a partir de julio de 2024, cuando haya una presidenta electa (de Morena o de la oposición), se dejarán de pagar las pensiones… pero ésa es otra historia.
La cosa es que los adultos mayores de 65 años han perdido las tarjetas de débito de bancos que tenían muchos cajeros automáticos accesibles, y que además les proporcionaban un servicio de banca móvil que les permitía hacer pagos y transferencias desde sus aplicaciones en los celulares.
En adelante, tendrán que pagar una comisión si quieren retirar su dinero en algún cajero, y deberán hacer interminables colas en las escasas sucursales del banco del Bienestar para retirar en efectivo su pensión, lo que implica el riesgo de que sean asaltados.
Otra del obradorismo, que una vez más sacrifica a los pobres para conseguir un beneficio que quién sabe a dónde irá a parar.
Pero no son iguales a los de antes…
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