Me informan mis fuentes en el cuarto de guerra de Alito Moreno Cárdenas, que el tema de Veracruz no se ha resuelto porque no se ha encontrado el consenso entre los principales actores y grupos políticos que aspiran encabezar la dirigencia.
Como ya lo he comentado aquí en las Figuras y Figurones, los estatutos del PRI establecen que lo procedente en el caso de Veracruz es que el dirigente Nacional del Partido, Alejandro Moreno Cárdenas, designe a una dirigencia provisional hasta por 60 días. Lo cual evidentemente no ha sucedido.
Sin embargo, los hechos no están fuera del orden estatutario, puesto que por otro lado esos mismos estatutos internos del PRI también establecen que, si se llegaran a empatar los tiempos de una elección interna con los tiempos de elecciones Constitucionales, ya no podrá realizarse el movimiento.
Así que los grupos y actores a los que se le quemaban las habas por suceder a Marlon Ramírez Marín, deben poner mucha atención: En este caso, el de Veracruz, la dirigencia provisional se quedará hasta que se den los cómputos de las elecciones del 2024. Es decir, hasta junio del año que entra.
Lo anterior porque el periodo de las próximas elecciones Constitucionales comienzan en la primera semana de septiembre, es decir, dentro de un mes y tres semanas.
El tiempo se agota. Se acaba la cuerda.
Pero no se me espanten mis priistas jarochos. Aún tienen una puerta abierta (aunque en realidad siempre ha estado abierta pero no ha faltado grupo o actor que la trate de cerrar).
Me aseguran mis fuentes que el presidente Alito Moreno Cárdenas está esperando -y esperará- hasta el último momento para que si se terminan las disputas internas en Veracruz y al final del día, actores y grupos se ponen de acuerdo y consensan una fórmula incluyente para lograr una fórmula en paz, la presidencia del CEN del PRI resolverá en consecuencia y se nombrará una nueva estructura en el CDE.
Perooooo… en caso de que el tiempo estatutario se agote y no hay acuerdos, es decir, cuando se haya agotado el tiempo, Alito Moreno Cárdenas tomará la decisión considerando algunos factores importantes como es la postulación del candidato del PRI a la gubernatura y la Alianza Va por Veracruz, buscando la empatía entre el nuevo CDE y el candidato del PRI al gobierno de Veracruz para el 24.
Mientras, Alito aprovechando la experiencia de Marlon Ramírez Marín ya le dio luz verde para transitar el proceso que ha iniciado para elegir al titular de la construcción de Frente Amplio por México, en el que participan los priístas Beatriz Paredes Rangel y Enrique de la Madrid.
Es decir, actores y grupos que aspiran conducir los destinos del priismo en Veracruz en el proceso electoral 2024, se están quedando atrás por la falta de consenso.
Sin embargo, el PRI no se puede detener en Veracruz, ya que para el CEN, lo estratégico y conveniente es que ambos, Beatriz Paredes y Enrique de la Madrid, cumplan con el requisito de presentar 150 mil firmas cada uno para pasar a la siguiente etapa que comprende foros y encuestas.
En el partido se está consciente del fenómeno Xóchitl, pero aun así, el PRI tiene la obligación -como lo ha dicho Alito- de impulsar a los de casa, a los del partido. Por ello, desde el CEN priista se espera y cuenta que la experiencia del actual Comité Directivo Estatal en Veracruz tenga la efectividad que se requiere en la recopilación de firmas, para que Paredes Rangel y De la Madrid avancen en la competencia, ya que es una dirigencia que ha manejado procesos constitucionales en Veracruz y conoce como operar una plataforma como la que ya está activada para elaborar el padrón de los militantes y ciudadanos que podrán votar en dicho proceso.
No obstante, eso parece importarle muy poco a los actores y grupos políticos veracruzanos, porque nadie ha querido ceder en sus pretensiones de llegar a la dirigencia estatal a como dé lugar y bajo sus propias exigencias.
En consecuencia, lo más probable es que al dirigente nacional Alito Moreno Cárdenas no le quede más remedio que designar a la dirigencia provisional en las próximas semanas.
Y como suele suceder, tarde se darán cuenta los actores, aspirantes y grupos políticos jarochos, que el proceso interno que han ido desechando, era una buena oportunidad para mostrar capacidad política para los acuerdos y el consenso político.
Pero como hasta la fecha no se ha podido concretar un buen acuerdo, luego culparán a Marlon Ramírez, cuya permanencia y continuación entonces, se ve claro, se deberá principalmente a la falta de sensibilidad política e incapacidad de quienes buscaban sustituirlo, es decir, será la consecuencia, más que una omisión, en la decisión política extrema del dirigente nacional.
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