Pues vamos a terminar pagando mas de intereses, y ni se nos ocurra fallar, porque para entonces va el doble, pues nos aplican la tasa moratoria, la cual -literal- es al doble, ¿y eso?, ¡ah! Pues a modo de castigo por el incumplimiento.
La tasa de referencia comenzó en 5.5 y llegó en su máximo hasta los 11.25 puntos porcentuales, esa tasa fue la que impactó de frente a la tasa normal (ordinaria) que pagamos por un crédito, o sea lo que guía a los bancos al momento de hacernos cuentas.
Fueron los créditos de consumo, como tarjetas, préstamos personales y los créditos de nómina, los que lideraron el mercado de los financiamientos a las familias, pues tan solo al primer bimestre del año 2023 sumaron un billón 242 mil 673 millones de pesos lo que significó un aumento del 18% respecto al mismo periodo, pero del año 2022 según los datos de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV).
Ni hablar de las utilidades que los bancos tuvieron a consecuencia de la inflación y sus efectos, a costa de los usuarios de servicios financieros.
Pero bueno ya lo dijimos hay que ‘entrarle’ a los préstamos, y en ese sentido, van estas breves recomendaciones, para el previo, a tomar ese compromiso.
Primero, revisar las deudas previas; ahora sí, esas cuentas viejas que se resisten a morir; cuánto debes al día de hoy y qué pagos urgentes o pendientes tienes para estas fechas.
Si no se sabe lo qué se debe es difícil tomar buenas decisiones, pues lo pasado se acumulará con lo nuevo, y no te quiero contar la bola de nieve que se va a hacer.
Si eso nos llega a pasar se complicará el escenario, pues ante la falta de pago total, solo se abonarán los mínimos y eso es la muerte para cualquier economía.
Segundo, liquidar estas cuentas pasadas, para comenzar en limpio, desde cero. Así se podrá contratar un nuevo crédito con menos presiones, antes de sumar, hay que eliminar deudas, dinero extra que nos caiga, directo a la deuda, eso te evitará pagar más por intereses.
Pues el interés está directamente vinculado, al tiempo que nos llevamos en pagar, porque lo que se paga es esa ‘espera’ del prestamista para recibir de vuelta su dinero.
Tercero, analizar qué opción es la que mas nos conviene, invertir tiempo en analizar con qué producto, banco u opción vamos a pagar menos. No arrebatarse en irse con la primera que se te presenta, mucho menos si a primera vista es maravillosa.
Invertir tiempo en elegir la mejor opción, nos ahorrará dinero ¡y muchos sustos!, acostumbremos a pedir los contratos por escrito, revisar que la publicidad coincida con lo que nos ofrecen, recuerde, ser un buen consumidor nos hace también un buen usuario de servicios financieros.
Cuarto, sea desconfiado. Por favor hoy mas que nunca, aprenda a ser desconfiado, no se crea todo lo que le dicen, no firme por firmar, pida conocer las letras chiquitas.
Créame, se va a sorprender de la cantidad de fallas y abusos que se pueden evitar si leemos (y entendemos) antes de contratar un préstamo. Lea la carátula del contrato, revise que las condiciones ofrecidas coinciden con el compromiso escrito. Y no suelte ni su firma, ni sus documentos solo porque le parece bien hacerlo, ¡no! puede ser hasta víctima de robo de sus datos personales y hasta de su identidad.
Y, por último, no ande dando abonos antes de que reciba el financiamiento, si le piden dinero por adelantado, no lo dude es una estafa.
Si tiene dudas, avíseme, ese mejor tener dudas que deudas.
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