“Si vamos a luchar contra alguna enfermedad hagámoslo contra la peor… la indiferencia”
Fuimos sensatos, serenos, prudentes ante el dolor y angustia de muchos pacientes y familiares que han dirigido su pesar a un servidor, ante la grotesca acción y prepotencia de médicos y enfermeras del turno de la noche de lunes 25 de septiembre de este año, cuando habíamos titulado la columna de diferente manera, dejando solamente en un encabezado tranquilo para quienes, alejados de su vocación, naufragan en el delicado mundo de la medicina, entendible si pero todos quienes egresamos de alguna Facultad o institución educativa profesional, hacemos el juramento para cumplirle a la sociedad y a los pueblos que nos cobijan y son parte de nuestra vida diaria…
…”pasaré mi vida y ejercitaré mi arte en la inocencia y la pureza.
No operaré del mal de piedra.
En cualquier casa que entre, iré para la utilidad de los enfermos, guardándome de toda mala acción voluntaria y de corrupción, y sobre todo de la seducción de mujeres y de muchachos, libre o esclavos.
De todo aquello que vea u oiga en la sociedad durante el ejercicio de mi profesión, e incluso fuera de ella, callaré lo que no necesita ser nunca divulgado, considerando la discresión como un deber en semejante caso.
Si cumplo este juramento sin infringirlo, seré honrado siempre por los hombres; si lo violo y soy perjuro, que mi suerte sea la contraria…
Es una parte del juramento de Hipócrates que todo egresado de la Facultad de Medicina firma y se compromete, siguiendo el apostolado de uno de los más grandes médicos de todas las épocas, el griego Hipócrates… pero por desgracia, algunos galenos histéricos frenéticos como los que llegaron recientemente al Centro de Salud de Teocelo, traicionan su labor o equivocaron su vocación.
Correcto es que en infinidad de ocasiones hemos comentado de la manera humana que se trataba al paciente en este llamado ahora hospital de la comunidad que administraron correctamente, doña Amelia Cerecedo, el doctor Miguel Díaz, el médico Antonio Rivera y otros que escapan a la memoria, pero la división existente entre el personal, las directrices que llegan de la ciudad de Xalapa, equivocadas y ellos, los médicos que consideran que llegan a una ciudad en pañales y primitiva, logran imponer reglas que solamente existen en mentalidades secas o huecas, como le sucedería al buen Quijote de la Mancha de tanta lectura, sueños y nostalgia.
La pequeña y suave nota que se publicó en mi página de esa noche de lunes iniciando esta semana, tuvo aceptación de acuerdo a lo que está sucediendo en este hospital de la comunidad que brinda servicio no solamente a Teocelo, también a pacientes de Xico, San Marcos, El Crucero de Xico, Cosautlán, Ixhuacán, Ayahualulco y Patlanalan, Chinchotla, Quimixtlán, del estado de Puebla… y la negativa de recibirlos, sobre todo en el turno nocturno, como el caso que nos ocupa y el de un familiar, cuando su papá no ha sido atendido durante una semana y se traslada de una comunidad en andadera, y muchos otros pacientes que si no llevan recomendación de algún empleado de la Secretaría de Salud o de la Jurisdicción Sanitaria número Cinco, no entra para ser atendido.
No comentamos con el ánimo de molestar, menos por un rumor, lo vimos, pero la inquietud ciudadana nos obliga y no podemos cerrar los ojos a la realidad y los oídos al reclamo ciudadano… es cuando recuerdo, en varias ocasiones platicaba con uno de los doctores más prestigiados de Veracruz y de México, Mauro Loyo Varela, jarocho, primer ganador latinoamericano del Premio Scoville de la Federación Mundial de Sociedades de Neurocirugía, esto fue en el bus de prensa de la campaña política de Miguel Alemán Velasco al gobierno de Veracruz, él ya se mencionaba como el futuro Secretario de Salud y así fue… y decía que muchos hombres de la medicina no cumplen con su juramento debido a que estudiaron solamente por complacer a su papá médico, a su mamá doctora o por caprichos familiares. Esto trae como consecuencia la prepotencia y el maltrato a los pacientes, agregaba el doctor Mauro Loyo Varela, egresado de la Facultad de Medicina de la UV y ganador de premios internacionales por el diseño y creación de 53 instrumentos quirúrgicos con técnicas originales en neurocirugía…
Sucede que un médico cuando siente su vocación y responsabilidad aplica la medicina para el cuerpo con un remedio material, pero si no desea atenderlo, al menos que le aplique una medicina espiritual, y el alma del paciente lo aliviará, pero jamás negar el servicio y la atención… ¡ Jamás ¡ dialogaba el excelente doctor Mauro Loyo Varela, quien murió un 2 de marzo de 2023 y tuve la dicha de tratarlo en la gira política de Miguel Alemán.
Invito a los médicos, enfermeras y personal todo del Centro de Salud de Teocelo, a dejar la amargura, la prepotencia y hacer a un lado esos enojos encapsulados, esa vanidad que los hace odiosos cuando tienen todo para cumplir con su delicada labor y tengan la seguridad que los pacientes y familiares de Teocelo, de la amplia región que atienden, se los agradecerá toda la vida… en lo personal agradezco y reconozco cuando me atendieron hace escasos dos meses cuando me asaltaron, pero mi compromiso con la sociedad me lleva a decir lo que está sucediendo y aunque se diga que la vejez es la única enfermedad de la que ya no se espera curar, debo decir:
Hasta el momento… soy un viejo enfermo sano. |
