Si bien es cierto que finalmente en el Consejo Estatal Azul se acordó ‘analizar’ establecer alianzas con partidos que no sean Morena y sus aliados y celebrar convenios de coalición para elecciones en Veracruz, también lo es que de ahí se ha formado una nueva Ala Azul que, resignados y convencidos de la imposición de Marko Cortés en acuerdo con los Yunes del Estero, se abstendrán de participar en la campaña y el día de la elección anularán sus votos.
Y si bien eso pasa al interior del PAN, en el PRI no cantan mal las rancheras, pues, aunque se ha tratado de minimizar la rebeldía de la diputada Anilú Ingram Vallines y al ‘Nuevo Grupo Veracruz’, la verdad es que harán mella también, es decir, la unidad en el PRI local se perdió.
Además, si a eso se le agrega que el PRI local hoy no es más que un cascarón sin liderazgos reales que perdieron aquella poderosa fuerza de su estructura distrital, municipal y seccional, por haberlos abandonado luego de la debacle del 2018, no es posible cómo la podrán recuperar sin los doblones de oro de la que antes disponían desde las cañerías de la Secretaría de Finanzas de manera ilegal.
Si embargo, hay mucho más aún.
Faltan aún muchos acomodos en el PRI, PAN y PRD, pues ni modo que a este último partido no le den nada. El PRD va por algo más que las migajas que se le tienen proyectadas.
Así que el principal reto que tendrán los partidos que integran el FAV será cuando en la mesa de negociaciones se discuta la repartición de las plazas plurinominales, pues ahí arderá Troya, ya que los priistas, panistas y perredistas saben muy bien a quién se enfrentarán en las urnas y que canicas para jugar no traen, por lo que la única manera automática de tratar de llegar a los Congresos será ver sus nombres en las listas de los listos: las plurinominales.
Buscar ir por el camino de las urnas estará más que en chino.
Por eso desde ahora se puede ver que, de los aspirantes priistas y panistas a la gubernatura, los únicos que podrían tener asegurado un escaño o una curul legislativa son los Yunes del Estero y el senador Julen Rementería por parte del PAN y Héctor Yunes Landa por el PRI, si es que los cientos que hoy se sienten traicionados y hastiados de que siempre los mismos se quedan con los mejores huesos, no hacen nada.
Nadie en el PRI, PAN y menos el PRD, está muy deseoso de irse a rifar el cuero en las urnas, a sabiendas de que sin dinero poco podrán lograr. Claro, habrá muchos que habían pensado promocionar su imagen hoy se dan cuenta que de poco les servirá, pues fue claro que a Héctor Yunes no le funcionó apostar e invertir más dinero que ninguno de los aspirantes a la candidatura del PRI por la gubernatura en las redes sociales.
Con un panorama como ese ¿Alguien podría asegurar ahora que en Veracruz habrá un Frente opositor fuerte?
El caso es que igual en la Coalición de MORENA y sus aliados habrá problemas con la repartición de plurinominales, pero ahí, la gran mayoría tiene la idea de poder ganar en las urnas y eso les bajará el gas a sus problemas internos como sucedió con sus pasados procesos internos para elegir a su candidato presidencial y posteriormente a sus candidatos a gobernador en los 9 estados que estarán en disputa el próximo año.
Si acaso, el único partido de la izquierda que se pondrá al brinco serán los del Partido del Trabajo, pero de ahí en fuera Esteban Ramírez Zepeta, Rocío Nahle y el gobernador la tienen papita.
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