Decían los viejos marineros que las ratas -especies cuya presencia era cotidiana en bodegas y almacenes de alimentos dentro de las embarcaciones- tenían un especial instinto para anticipar que los barcos sufrirían un percance grave. Cuando los tripulantes observaban que las ratas corrían hasta las partes más altas del barco, era señal de que algo delicado estaba pasando.
De ahí salió aquella frase de que “las ratas son las primeras en abandonar el barco cuando éste se está hundiendo”.
La frase cae “como anillo al dedo” (dixit López Obrador) para describir lo que está sucediendo en las filas de la autollamada “cuatroté”.
Al principio los mensajes eran cifrados, a través de terceros: “dile al candidato que estoy con él, que no lo declaro abiertamente, porque habría represalias, pero dile que cuente conmigo”, eran frases que se decían al oído.
Pero las cosas empezaron a cambiar. De pronto esos mismos actores políticos entendieron que eso de los “más de 30 puntos de ventaja” no era más que un mito y que la contienda se había cerrado de tal forma, que nadie podía creer aquella historia de la “superioridad arrolladora”.
Y desempolvaron aquellas viejas agendas, revivieron contactos de personajes cercanos al candidato opositor. “Dile al candidato que me reciba. Sí, ya sé que hice público mi apoyo a Rocío, pero dile que eso fue bajo presión”.
Incluso en los medios de comunicación, aquellos que repetían sin cesar las mentiras de Morena, de pronto abrieron sus oídos a los gritos de repudio que en diversos puntos de la entidad se han escuchado en contra de una candidata que tiene, como el menor de sus pecados, la curiosa característica de haber nacido en otra entidad federativa.
¿El gobierno de Cuitláhuac habrá cortado los convenios? ¿El compromiso era, acaso, con un servidor púbico que hoy ya no está? ¿El instinto de rata les hizo percibir, a los propietarios de esos medios, que ese barco se está hundiendo?
Lo cierto es que de diversas formas han mostrado su nerviosismo en el equipo de estrategia de la candidata de Morena. Con más de un mes de retraso, se emite una “carta” de Rocío Nahle en la que niega lo evidente: la posesión -por parte de ella o de familiares muy cercanos- de millonario bienes inmuebles.
Se inventan una “filtración”, un audio elaborado con herramientas modernas pero manejadas por manos inexpertas, que hacen evidente la burda simulación. Eso no lo intentaría alguien que tiene “más de 30 puntos de ventaja” a mes y medio de las elecciones.
Las señales son cada vez más claras, cada vez más fuertes. Las ratas ya emprendieron la huida a la parte más alta del barco.
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Epílogo.
Cuitláhuac García no deja de mentir. A finales de la semana pasada fue cuestionado sobre el fracaso durante su administración del programa de sanidad animal (lo que provocó que le rebajaran la categoría a la entidad en materia de exportación de carne a Estados Unidos) y se le hizo fácil argumentar que, como el Poder Judicial le invalidó un intento de reformas a la ley ganadera, eso habría generado la crisis. No fue así. *** El gobernador de Veracruz se enredó en su explicación y demostró que, o no sabe, o lo han mantenido engañado. No se ha enterado de que el Servicio Nacional de Sanidad Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica) es un órgano administrativo desconcentrado de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sader) y está orientado a realizar acciones de orden sanitario para proteger los recursos agrícolas, acuícolas, y pecuarios en México. *** Tampoco dijo la verdad sobre las razones para interponer una controversia constitucional contra su propuesta de Ley Ganadera de Veracruz. *** La ley Ganadera que fue invalidada invadía competencias federales y pretendían implementar un cobro de recursos e impuestos (gravar) por los aretes de identificación ganadera, lo que es competencia del Siniiga (Sistema Nacional de Identificación Individual de Ganado); por la expedición de Guías de Tránsito cuando ya existe un documento federal denominado Registro Electrónico de Movilización (Reemo); por las cargas pecuarias que transitaran por el estado de Veracruz; exigía que los ganaderos presentaran un constancia que certificará que no se cometía el delito de abigeato, y planteaba crear ventanillas virtuales de las Oficinas de Hacienda para que en los puntos de inspección se pudieran cobrar infracciones a los incumplimientos en materia cuando para eso ya existe una Ley Federal de Sanidad Animal. *** En realidad el área de Ganadería del gobierno estatal ha sido un verdadero fracaso y un catálogo de actos de corrupción. *** Veracruz ha tenido observaciones críticas de Sader y del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) por la falta de inversión de recursos tan simples como la colocación de señalamientos para identificar los Puntos de Inspección o, lo más grave, frenar la introducción de ganado en la zona sur que ponía en duda su legalidad y sanidad, o la selección de personal para los puntos de Inspección que fue calificado sin capacitación para ejercer el cargo. *** Cuitláhuac García culpó al Senasica del retroceso en el Estatus Zoosanitario y declaró que él (su gobierno, se entiende) invirtió 50 millones de pesos en el programa de movilización, pero esos fondos jamás llegaron a su destino. Los puntos de inspección carecen de servicios como luz, agua, servicios sanitarios e internet. Ya no hablemos de patrullas para dar seguimiento a los embarques que evaden las revisiones. *** Para la Subsecretaría de Ganadería resultó más cómodo cerrar los puntos de inspección en zonas ganaderas del sur, como en el Valle del Uxpanapa, Sayula de Alemán, Isla y Santiago Tuxtla, justo donde están las observaciones críticas de Sader y USDA. *** Nunca estuvo tan mal atendido el sector ganadero como en esta administración.
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