Es decir, así como el TEC-MEC puede empujar a México hacia arriba, en esta ocasión lo que ha sucedido le ocasionó el ajuste hacia abajo. “El año pasado México tuvo un fuerte crecimiento del 3.2% con muchas inversiones de los no residentes en la actividad de la construcción y expansión de manufactura, originado en gran medida para responder a la demanda del mercado estadounidense. Esas son las principales razones detrás de la ligera revisión a la baja en nuestro pronóstico de este año” dijo Petya Koeva.
Sin embargo, si el ajuste del FMI a México no fue tan radical, el Banco Central de México sí fue mucho más drástico en sus tres últimos a su pronóstico inicial. El recorte de junio pasado fue el último que lo bajó al 2.0% cuando el de mayo lo había ubicado en el 2.10%.
Es decir, el BANXICO ha sido más severo en sus cálculos al ver que el dinamismo de la economía mexicana no es la misma ni parecida al del año anterior, lo cual es lógico, puesto que estamos en el fin de sexenio.
Lo preocupante es que la expectativa del BANXICO para el 2025 es peor y lo calculan y esperan que el crecimiento económico del país sea entre el 1.80 y el 1.78.
Aquí mismo escribí hace apenas unos meses que la carta fuerte de Claudia Sheinbaum para contrarrestar las expectativas será lo que pueda hacer en el ramo de la vivienda, acorde con su ofrecimiento de campaña de producir en su sexenio un millón de viviendas, sustentado en que el INFONAVIT cuenta con dinero no presupuestal de cerca de 250 mil millones de pesos listos para ponerlos a trabajar en el mercado de la vivienda.
De no ser así, el 2025 será difícil puesto que dinero presupuestal no habrá al menos para darle a la economía el impulso que se requiere.
Sin embargo, como dije antes este recorte del 2.4 al 2.2 será un festín para los que ahora dicen que todo está mal en México.
Que lo disfruten.
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