Pero volvamos a la oposición. Este domingo se da, entonces, la primera convocatoria después del hachazo invisible y homicida de las elecciones nacionales de junio. Es de esperarse que las concentraciones no sean nutridas. Muchos ciudadanos están desalentados, desilusionados, impactados por el manotazo duro que recibió la democracia el primer domingo de junio pasado. También hay muchos entusiastas de otrora que están desencantados, que ya no quieren saber nada de marchas y de ilusiones y de la defensa de la democracia. Muchos también están empeñados en sobrevivir frente a las terribles condiciones en las que habrá de seguir viviendo el país después de la debacle de este sexenio… y de lo que nos puede esperar en el siguiente.
Por eso las manifestaciones del próximo domingo serán ralitas, escasas, poco entusiasmadas. Y eso lo van aprovechar desde el Gobierno de la Cuarta Transformación como una razón para declarar a la oposición muerta para siempre (así como Hugo Chávez y Nicolás Maduro mataron tantas veces a la oposición resucitada de Venezuela).
Sí, serán pocos los que se animen a ir a las oficinas del INE a pedir que las cosas no sean chuecas, que el Instituto que tanto nos ha costado a los mexicanos no se venda ante el poder.
Parecerá una lucha vana, pero lo importante de todo es que la llama de la rebelión, aunque exigua, seguirá prendida y florecerá ante cada embate en contra de la libertad y la democracia.
México se va a parecer a la Venezuela actual, pero también será como la inminente Venezuela del futuro, cuando caiga el dictador.
A las pruebas…
sglevet@gmail.com
|