Este domingo era el día. No importaba el “levantón” de Isla, ni que Coatzacoalcos se quedara sin agua. Era el día en el que Cuitláhuac García le iba a “recordar” al presidente López Obrador que aún no le confirman un cargo en el próximo gobierno federal.
Iba a poder hablar con él sin interrupciones y, al no estar la próxima presidente del país, podría ser más “elocuente” respecto a las “migajas” que le había ofrecido.
Pero acá en Veracruz sabemos que el gobernador no es muy dado a cuidar los detalles. Dio por hecho que al presidente, a su jefe político, a su padrino, “todos lo quieren” y ahí estuvo la falla.
Llegaba Andrés Manuel López Obrador al inmueble que en alguna ocasión, habitó Benito Juárez, cuando se hizo escuchar un fuerte coro: “¡dictador, dictador, dictador…!”.
El presidente los escuchó y, con esa sonrisa burlona que suele mostrar, levantó su brazo derecho y cerró el puño. En ese momento se vio volar una botella de agua que pasó a unos centímetros de la humanidad de López Obrador -quien mostró buenos reflejos y dio un paso atrás para evitar el proyectil- y que provocó un fallido intento de Cuitláhuac García de atraparla. Los gritos elevaron su volumen y el presidente se regodeó. Tardó en entrar al inmueble, como retando a los que le gritaban a que le volvieran a arrojar algo.
Los autores de las consignas en contra del presidente fueron -hay evidencia- trabajadores del Poder Judicial de la Federación, los más agraviados con la reforma que acaba de imponer el presidente.
Sin embargo, quien arrojó la botella que casi impacta al presidente (o, quizá, que falló a propósito) fue ubicado por diversos videos e identificado como Jorge Cedillo Guevara, empleado del gobierno estatal (de la Dirección de Política Regional) y activo militante de Morena.
Hay quienes aseguran que no fue él, que el video es “un montaje”, lo único cierto es que fue en Veracruz donde se presentó este “incidente” y que, a menos que todo haya sido un “teatro” orquestado por el propio presidente, el único que queda mal es el “gobernador honesto” de Veracruz.
¿Por qué armar tal montaje? Dicen que la intención es desacreditar el movimiento de protesta de los trabajadores del Poder Judicial, para justificar acciones represivas en los próximos días.
Muy pronto se conocerán más detalles de este “incidente” que muy bien pudo echar por tierra la estrategia del gobernador veracruzano para rescatar “aunque sea” la tan soñada embajada de Cuba.
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Epílogo.
Y mientras el gobernador concentraba su atención en darle una “buena recepción” al presidente López Obrador en el puerto de Veracruz, en el sur las cosas se ponían cada vez más calientes. *** Hipólito Rodríguez Betancourt, funcionario del ayuntamiento de Playa Vicente y su padre, Hipólito Rodríguez Sánchez, fueron “levantados” la tarde del viernes, cuando salían de un evento de carreras de caballos, en la comunidad Palma de oro, del municipio de Isla. *** Lo grave del asunto es que personas que acudieron a ese mismo evento confirmaron que también estuvo presente Jacinto Rodríguez, alias “Chinto Piña” o “Puente”, cabecilla de una organización criminal que tiene el control de actividades ilícitas en José Azueta, Isla, Juan Rodríguez Clara y Loma Bonita y goza de total impunidad. *** Las sospechas entre los pobladores es que los dos secuestrados pueden estar en poder de un sujeto al que apodan “Rexi”, un desertor de la Secretaría de Marina (Semar) y que es el encargado de esa zona para el grupo Los Piñas, a quienes se atribuyen numerosos hechos de violencia en esos rumbos. *** ¿Notaron la coincidencia? En la parte superior de este colaboración (Prefacio) me refiero a los turbios negocios del un dirigente ganadero de isla, que fue sorprendido por productores de Playa Vicente, justo la misma zona donde se registró este hecho violento, del que las autoridades estatales nada han dicho, pues estaban ocupados protegiendo al presidente de los botellazos.
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