Aparte, Gil Rullán se yergue como un diputado federal que será un tribuno temible para la tranquilidad y los intereses del partido oficial y de sus aliados. Buen orador con un magnífico maestro, polemista ingenioso e inteligente, confrontador valeroso, su voz se hará notar entre la estática que producen las voces dóciles de los morenos serviles a su Patriarca y de sus vergonzantes cómplices del PT y el Verde. Heredero de la centenaria picaresca jarocha, el ex dirigente estatal sabrá poner en su lugar la soberbia y la incapacidad de quienes por ahora detentan la mayoría en el Congreso de la Unión.
Y Luis Carbonell de la Hoz llega en un buen momento para su partido y para él. Veracruz es el bastión mayor de Movimiento Ciudadano, al que se suma la aportación electoral de Jalisco y Nuevo León con sus gobernadores. Dante Delgado es un referente histórico en la política estatal y su presencia mantiene el peso de haber sido un mandatario reconocido por muchos ciudadanos.
Tiene Luis ante sí el reto de conseguir que sus candidatos a las presidencias municipales del próximo año sean competitivos y realicen campañas exitosas, que puedan confrontarse seriamente con el poder manifiesto del partido oficial; poder legal y extra-legal que se hace sentir fuertemente en los resultados finales.
Los naranjas han ido construyendo una estructura firme y tienen serias posibilidades de triunfo en varios municipios. La meta es superar en 2025 los 18 ayuntamientos que ganaron en 2021
En Veracruz, el partido naranja tiene cuadros muy valiosos que sustentarán el camino hacia el crecimiento. Ahí están, por ejemplo, Armando Méndez de la Luz y Dulce María Dauzón, por mencionar a dos muy destacados.
Carbonell de la Hoz no es un neófito y conoce la situación actual del estado. Desde su sapiencia política y su capacidad de convocatoria tiene la oportunidad de hacer un gran papel y es muy probable que entregará a su vez las buenas cuentas que merecen sus militantes.
Ya lo veremos.
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